En el segundo día de una ofensiva lanzada por el Gobierno ucraniano contra las fuerzas separatistas, este martes más de 50 rebeldes pro-rusos murieron en los enfrentamientos en la ciudad de Donetsk, al este del país.
El nuevo presidente ucraniano, el magnate Petro Poroshenko, prometió aplastar la revuelta de una vez por todas.
«En nuestro lado tenemos más de 50 muertos”, dijo el primer ministro de la autodenominada República Popular de Donetsk, Alexander Borodai, en el hospital de la ciudad.
El Gobierno ucraniano dijo que no sufrió bajas en el asalto que comenzó con un ataque aéreo horas después de que los ucranianos eligieron de forma abrumadora al empresario de los chocolates Petro Poroshenko como nuevo presidente.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien afirmó previamente que Moscú tiene derecho a intervenir militarmente para proteger a las personas de origen ruso en Ucrania, exigió el fin inmediato de la ofensiva.
Moscú dijo que no considerará una visita de Poroshenko para sostener conversaciones.
Las fuerzas ucranianas habían evitado hasta ahora ataques directos contra los separatistas, en parte para no precipitar una invasión de tropas rusas apostadas del otro lado de la frontera.
Por su lado, el Gobierno en Kiev parece haber interpretado la victoria electoral de Poroshenko como un mandato para tomar acciones decisivas ante la crisis en Ucrania.
Tras la captura por parte de fuerzas rebeldes del aeropuerto de Donetsk el lunes, Kiev despachó paracaidistas como parte de un asalto en el que entraron en combate cazas y helicópteros ucranianos.
Los tiroteos continuaron durante la noche. Este martes la vía que conduce al aeropuerto mostraba señales de combates. Un intenso fuego de ametralladoras se podía oír a la distancia a mitad de la mañana.
«El aeropuerto está bajo control completo», dijo el ministro del Interior, Arsen Avakov, en la capital Kiev. «Los adversarios sufrieron grandes pérdidas. Nosotros no registramos bajas».
«Continuaremos la operación antiterrorista hasta que no quede ni un solo terrorista en territorio ucraniano», dijo el viceprimer ministro Vitaly Yarema en el marco de una reunión del Gobierno.
El primer ministro rebelde, Borodai, confirmó que el aeropuerto de Donetsk ahora está bajo control del Gobierno de Kiev.
Esta es la primera vez que Kiev utiliza aviones y tropas terrestres directamente contra los rebeldes separatistas en Donetsk, un grupo de voluntarios locales y forasteros liderados por un moscovita que según Kiev y algunos países occidentales es un agente de la inteligencia militar rusa.
En una conferencia de prensa el lunes tras su decisiva victoria electoral, Poroshenko prometió reforzar la campaña «antiterrorista» del Gobierno, previamente ineficaz, y afirmó que sería capaz de acabar con la revuelta en cuestión de horas.
Poroshenko añadió que no podía haber negociaciones con los rebeldes, a los que describió como “terroristas, bandidos y piratas”.
La intensificación de la campaña de las autoridades ucranianas es un desafío directo a Putin, quien respondió a la destitución de un presidente pro-ruso en Kiev aceptando el ingreso de la península de Crimea a la Federación Rusa tras un polémico referéndum, una acción que para los países occidentales constituye una anexión territorial.
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