Niña enferma de paludismo en un hospital dirigido por MSF en el sur de Sudán.

Niña enferma de paludismo en un hospital dirigido por MSF en el sur de Sudán.
Photo Credit: Jacob Kuehn/MSF

Día Mundial de la Asistencia Humanitaria

En diciembre de 2008, la Asamblea General de Naciones Unidas declaró el 19 de agosto, Día Mundial de la Asistencia Humanitaria.  Un 19 de agosto de 2003, se cometió un sangriento atentado terrorista contra la sede de Naciones Unidas en Bagdad que dejó un saldo de 22 muertos, entre los que se encontraba el enviado de Naciones Unidas, Sergio Vieira Melo.

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El Día Mundial de la Asistencia Humanitaria rinde un homenaje a todos los que perdieron la vida en el ejercicio del trabajo humanitario y a todos aquellos que continúan asistiendo y ayudando a miles de personas en distintos países.  Este día trata de alertar a la ciudadanía en general sobre las necesidades humanitarias en todo el mundo y sobre la importancia de la cooperación internacional para satisfacerlas.

Según las estimaciones de Naciones Unidas, alrededor de 50 millones de personas son desplazadas y refugiadas en el mundo en este momento. Son mucho más que durante la Segunda Guerra Mundial y hoy en día, alrededor de 100.000 migrantes se amontonan en las puertas de los países de la Unión Europea pidiendo refugio, provocando una crisis que sobrepasa ampliamente la capacidad de la comunidad humanitaria.

Migrantes procendentes de Yemen.
Migrantes procendentes de Yemen. © Organización Internacional para las Migraciones, OIM.

Se encuentra hoy campamentos de refugiados, donde hombres, mujeres, ancianos y niños se encuentra amontonados, sin asistencia, sin seguridad y completamente desamparados.  Y cómo no pueden regresar a sus hogares y que en los campamentos la ayuda es mínima, se ven obligados a planificar proyectos de migración, como el que estamos viendo en la actualidad en el Mediterráneo y en el que muchos de ellos pierden la vida en el intento.

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Según la Organización Mundial de Migraciones, durante todo el 2014 unas 3.300 personas murieron acariciando la esperanza de un mundo mejor y en lo que va corrido del 2015, ya han muerto 2.300 más. Ayudar a estas personas es una tarea extremadamente difícil y peligrosa para los organismos de ayuda humanitaria, explica Stephen Cornish, Director General de Médicos Sin Fronteras-Canadá, cuya sede se encuentra en la ciudad de Toronto.

Stephen Cornish fue entrevistado por Franco Nuovo del programa C’est pas trop tôt de la radio francesa de Radio Canadá.

Categorías: Inmigración y Refugiados, Salud, Sociedad
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