El 70 aniversario de Naciones Unidas es una oportunidad para reflexionar sobre la historia de las Naciones Unidas y hacer un balance de sus logros más perdurables dice el sitio de la organización. Sin embargo, la organización que ha permitido establecer un proceso de diálogo a nivel del planeta, es objeto de numerosas críticas, aun cuando se reconoce generalmente que su acción en muchos campos sigue siendo esencial.
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ONU, la Organización de Naciones Unidas celebrará su 70 aniversario esta semana. Fue el 24 de octubre de 1945, inmediatamente después del final de la Segunda Guerra Mundial, que la Carta de la ONU entró en vigor. Cincuenta países formaban parte en ese entonces de las Naciones Unidas, que hoy incluye a casi todos los Estados del mundo.
A lo largo de siete décadas, la organización ha logrado numerosos éxitos a través de sus agencias, pero los expertos reconocen que ha fracaso en el cumplimiento de su principal mandato: la protección de la paz y la seguridad internacionales.
Firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco, California, la Carta de la ONU se disponía así a «salvar a las generaciones posteriores del azote de la guerra».
70 años después de aquella histórica firma, las crisis y conflictos que persisten en todo el mundo, los más recientes los de Siria y Ucrania, son un solemne recordatorio de los errores del organismo, indica David Malone, diplomático canadiense y experto en la ONU en una entrevista a Radio Canadá.
Es muy fácil ser crítico y decirle al mundo que la ONU ha quedado bien lejos de los objetivos de su mandato. ¿Qué opina?
El segundo Secretario General de las Naciones Unidas, el sueco Dag Hammarskjöld decía de la ONU que ella no había sido creada para llevarnos al cielo, sino más bien para evitar que se tome el camino del infierno.
Creo que la verdad está realmente allí: que la ONU no estaba destinada a tener éxito en todos sus objetivos, que el conflicto es perfectamente normal en el mundo animal, en el mundo humano, y que es la gestión de conflictos – evitar lo peor – y poner fin a las dificultades lo antes posible, son las metas más o menos manejables por parte de las Naciones Unidas.
En las áreas de desarrollo y de los derechos humanos, hubo un progreso muy importante. Estamos muy lejos de donde nos encontrábamos en 1948.
En los últimos años, las Naciones Unidas, sus funcionarios y sus representantes se han convertido en blancos de ataques. Cada vez es más difícil para la organización llevar a cabo su mandato. ¿Le preocupa?
Sí. Y lo que me preocupa aún más, casi, es que este movimiento tiende también a contaminar las organizaciones estrictamente humanitarias que hacen un trabajo extraordinario, particularmente el sistema de la Cruz Roja Internacional, que durante mucho tiempo estuvo al abrigo de ataques, que era respetada en todas partes del mundo.
Pero con la creciente participación de Naciones Unidas y otros actores internacionales en las guerras civiles, la falta de respeto por todo lo que es humanitario por desgracia se ha extendido.
Los conflictos son más complejos que nunca. ¿Cómo ve el papel que la ONU puede jugar en el plano diplomático?
Creo que hay un nuevo riesgo causado por la presencia y las actividades militares de las dos grandes potencias que constituyen los Estados Unidos y en el plano militar, la Federación Rusa. Activos en un mismo terreno, sin coordinación, el riesgo de un error, de un lado o del otro, de un error militar, es importante. Eso exige una gestión muy, muy cautelosa en ambas capitales.
El terreno sirio se muestra realmente envenenado por los actores internacionales que participan. En términos de guerras civiles, los riesgos son muy importantes, ya que en estas guerras hay muchos participantes que la comunidad internacional aún tiene problemas para identificar. Se conoce muy poco.
Gestionar o intentar gestionar un proceso de paz en una guerra civil con múltiples partes en conflicto, es muy difícil en comparación con un conflicto entre dos países cuyos gobiernos son bien conocidos.
Existe una fuerte tendencia a negar las reglas del multilateralismo. Algunos de los grandes jugadores del planeta militarmente hablando, no quieren pasar a través de la ONU, y eso es un problema real!
Eso es cierto, pero eso me tiene menos preocupado, porque vemos que hay una clara preferencia entre los grandes de hacer respaldar sus acciones por el Consejo de Seguridad. Obviamente, si esto no es posible, si su propuesta es rechazada, tienen la capacidad de actuar de manera unilateral. Lo hemos visto en Ucrania, lo vemos en Siria.
También por desgracia vimos que Occidente sobrepasa con creces el mandato que se le dio a la OTAN por el Consejo de Seguridad para proteger a los civiles en Libia. Que condujo directamente a la muerte del ex presidente Gadafi, un hecho que fue extremadamente impopular no sólo en China y en Rusia, pero en una gran parte del Tercer Mundo, especialmente en África. Eso fue una bravuconada occidental.
Canadá, a pesar de su peso relativo, ha desempeñado siempre un papel importante dentro de la ONU, y no sólo con la llegada de las fuerzas de paz, los Cascos Azules de Lester B. Pearson. Pero en los últimos años, Canadá se ha retirado de la ONU.
Para el mundo Canadá es un país muy acogedor. Esta es la forma de nuestra sociedad, es la acogida que Canadá reservó a los refugiados, a los otros, en el transcurso de su historia.
En segundo lugar, Canadá ha demostrado una gran creatividad diplomática, ya sea a nivel de sus primeros ministros, dos quebequeses, Louis Saint-Laurent y Pierre Elliott Trudeau. Había mucha creatividad, una voluntad de implicarse, y no teníamos miedo al fracaso porque realmente queríamos tener éxito en la construcción de la paz internacional. Y en cuanto al desarrollo de los derechos humanos, hemos contribuido mucho.
Se ha producido un descenso en los últimos años, a nivel internacional, este descenso que es por supuesto muy evidente, es lamentado porque cada país maneja su política y establece sus propias prioridades. Pero es bastante remarcado, indicó al periodista Michel Désautels de Radio Canadá, el canadiense David Malone, sub Secretario General de la ONU y rector de la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio.
Tomado de Radio Canadá, ONU.
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