El ejército sirio, apoyado por el Hezbolah y milicias iraníes, reforzó este miércoles su control en la provincia siria de Alep. Su ofensiva, que comenzó el primero de febrero, dejó hasta el momento 500 muertos y ha hecho huir a decenas de miles de civiles hacia Turquía, que sigue manteniendo cerrada su frontera.
Entre las víctimas se encuentran 89 civiles, de los cuales 23 niños, que murieron en los bombardeos rusos, afirma el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, OSDH. El ejército sirio perdió por lo menos 143 combatientes y 247 rebeldes y yihadistas murieron en los combates.
La ONU evalúa en 31.000 el número de habitantes de Alep que huyeron de la región hacía Turquía y 80% de ellos, son mujeres y niños. Unos 350.000 habitantes se encuentran en medio de los combates.
Los combates entre el régimen y los rebeldes se intensificaron en el norte de Alep, en el pueblo de Tamoura. El OSDH afirma que la aviación rusa llevó a cabo bombardeos intensos en otras localidades aledañas.
Rusia por su parte, continúa los bombardeos a pesar de los pedidos de la ONU y de Estados Unidos de un cese el fuego y niega que sus ataques maten a civiles.
Por otra parte, a pesar de la emergencia humanitaria, Turquía mantiene cerrado el único paso accesible entre el norte de la provincia de Alep y el territorio turco.
Camiones cruzan el puesto fronterizo de Oncupinar para llevar ayuda y alimentos a los sirios bloqueados en la frontera. Pero varios sirios heridos fueron transportados a un hospital de Kilis, ciudad fronteriza turca.
Los ministros de Defensa de los países miembros de la Otan se reúnen hoy en Bruselas para estudiar un pedido de ayuda de emergencia de Turquía y Alemania.
Por otra parte, representantes de 17 países y tres organizaciones se encontrarán mañana jueves en Munich para tratar de reactivar el proceso de paz que se suspendió a fines de enero en Suiza.
Radio Canadá/France-Presse
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