Se dice de Satán que era el ángel preferido de Dios hasta que cayó en desgracia. Algo parecido acaba de sucederle esta semana al finado cineasta quebequense Claude Jutra. Él nació en Montreal el 11 de marzo de 1930 y tenía 8 años, cuando vio por primera vez una imagen animarse en una pantalla. Ese fue un flechazo que lo guiaría por el resto de sus días, hasta su muerte el 5 de noviembre de 1986.
Los últimos años de su vida fueron marcados por la pérdida de memoria debido a la enfermedad de Alzheimer, que lo empujó a quitarse la vida lanzándose al río San Lorenzo desde el puente Jacques Cartier de Montreal.
Su padre, un eminente médico, le ofreció una cámara de 16 mm a los 16 años y fue así como comenzó su carrera de cineasta. Hay que decir que obligado por su padre, Claude Jutra tuvo también que estudiar medicina en la Universidad de Montreal y se graduó como médico en 1952 a los 22 años. Nunca ejerció como médico.
Durante su vida, Claude Jutra filmó 29 películas, sin hablar de su carrera como actor de cine y televisión, y como guionista y realizador para la televisión. Entre las películas que más marcaron el imaginario colectivo quebequense podemos mencionar entre otras a Mon Oncle Antoine (Mi Tío Antonio), considerada como una de las obras más importantes de la cinematografía canadiense y quebequense.
Y Kamouraska, en 1973, una adaptación cinematográfica de la célebre novela de Anne Hébert, publicada en 1970. En esta película, la actriz principal es Geneviève Bujold, actriz quebequense que se volvió célebre y famosa años más tarde.
Después de su muerte, muchos honores le fueron rendidos. Estatuas, calles y plazas en distintas ciudades de la provincia llevaban hasta ayer su nombre. El Premio Jutra, que recompensa la excelencia del cine quebequense fue creado en 1999 por la Academia de Cine de Quebec, en reemplazo del Premio Guy L’Ècuyer, creado en 1987 por Les Rendez-vous du cinéma québécois (Las Citas del Cine Quebequense).
La ceremonia de entrega del Premio Jutra se llamaba hasta ayer la “Soirée des Jutra” (La Noche de los Jutra) transmitida en directo por la televisión francesa de Radio Canadá cada año a finales del mes de marzo.
Lo que provocó la caída del ángel fue la aparición este martes 16 de febrero de una biografía de Claude Jutra escrita por Yves Lever, en la que él escribe que a Claude Jutras era pedófilo y que le “gustaban los jóvenes de 14 o 15 años e incluso más jóvenes”. Y fue el baldado de agua fría en plena cara. El tsunami en el mundo del cine quebequense. Todo el mundo tenía dificultad en creer semejante afirmación.
El miércoles por la mañana el diario La Presse de Montreal, publicó una entrevista con un testigo que afirma haber sido víctima de los actos de Claude Jutra, desde que él tenía 6 años hasta los 16. Y fue la debacle. Todas las autoridades de la esfera política municipal y provincial, así como del mundo artístico que se encontraban relacionadas a todo lo que llevaba el nombre Jutra decidieron desvincularse de él. Y de un solo golpe, todo lo que llevaba el nombre Jutra, se volvió radioactivo. En menos de 48 horas, de un solo plumazo se le hizo desaparecer del espacio público.
EscucheEl organismo Quebec Cinema, que organiza lo que se llamaba hasta ayer la Soirée des Jutra, declaró que no utilizará más el nombre de Jutra para designar su gala anual que rinde un homenaje a la excelencia del cine quebequense.
Gravel le matin/Internet/Revista de prensa
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