Los canadienses se encontraban entre los mayores consumidores de grasas trans en el mundo en la década de 1990. Actualmente consumen menos. Pero la grasa trans, que sabemos que es dañina, todavía está presente en los estantes de los supermercados, restaurantes y supermercados. Salud Canadá propuso prohibirlos. Ya es un hecho. En 2018, los aceites vegetales parcialmente hidrogenados, conocidos como grasas trans, desaparecerán de los alimentos en Canadá.
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La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) ya eliminó las grasas trans de su lista de alimentos seguros y prohibirá su uso también a partir de 2018. El proyecto canadiense se alinea con el de los EE. UU. Canadá les otorgó a los fabricantes el año pasado un respiro de un año para que puedan reformular sus productos y excluir los HPH.
Los HPH aumentan el colesterol malo y disminuyen el bueno, que es un factor agravante para la enfermedad cardíaca, una de las principales causas de muerte en Canadá. Este desequilibrio puede aumentar el riesgo de presión arterial alta, estrechamiento de las arterias (aterosclerosis), ataque cardíaco y accidente cerebrovascular, como lo explica Benoît Lamarche, presidente de la Cátedra de Nutrición de la Universidad Laval.
Estudios epidemiológicos importantes a partir de los años 1995 con miles de personas demostraron que las personas que consumían mucho de esas aceites vegetales parcialmente hidrogenados, las grasas trans, tenían un riesgo acrecentado de enfermedades cardiovasculares, infartos, ateroclerosis. Se conoce el mecanismo, es decir los grandes consumidores de HPH veían aumentar su colesterol malo y disminuir el buen colesterol.
También se dieron cuenta que tenían efectos indeseables sobre la diabetes, ciertos cánceres y sobre el desarrollo del cerebro.
Para que se tenga una idea de la amplitud del problema, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un máximo de 1% de grasas trans en la ingesta diaria de calorías. En el caso de los niños, ellos pueden superar fácilmente esta cuota con solo ingerir dos galletas.
¿Qué significa la desaparición de las grasas trans?
Evidentemente como ya se hizo un gran camino desde 2006, en que los productos alimenticios tenían un 90% de grasa trans, como las medialunas, las papas fritas, la comida rápida, etc, en la mayoría de los casos eso desapareció hoy. Las grasas quedan en algunos productos y ciertas poblaciones las consumidores aun hoy . Pero ya se ganó con la ley que entrará en vigor este año, dice Benoît Lamarche.
Pero hay otros desafíos. La alimentación no se reduce a lo graso o lo azucarado, dice el profesor de la Universidad Laval. Es el conjunto del modelo alimenticio que hay que tomar en cuenta. Por nombrar algunos, es importante seguir con el tema del consumo de verduras y frutas.
Para Benoît Lamarche, las grasas trans son solo una pequeña parte del problema. Se deben hacer esfuerzos para mejorar la dieta general de los canadienses.
A él le preocupa el escaso control para garantizar que los niveles de grasas trans sean respetados en la etiqueta de los alimentos.
Para que esta nueva medida sea efectiva, se deberán implementar métodos de evaluación para garantizar que la industria alimentaria cumpla sus compromisos.
Nosotros en la Sociedad canadiense de Nutrición escribimos una memoria cuando se llevó a cabo la consulta sobre las grasas trans. Dijimos que todo eso era muy bueno pero si no hay verificación arriesgamos con avanzar con los ojos cerrados. Otros estudio publicado este año por un colega demuestra que entre 2004 y 2009 la cantidad de grasa trans que se encuentró en la sangre de la población canadiense había disminuido. Pero en 2010 había comenzado a aumentar. Posiblemente hay industrias que no lo dicen pero que ponen un poco en sus productos. Entonces hacen falta esfuerzos mayores de seguimiento y de evaluación para garantizar que esta política funciona. A ese nivel estamos inquietos.
La grasa trans no se ha usado ampliamente en los alimentos desde que Canadá hizo obligatorio su etiquetado en 2006. Esto llevó a la industria alimentaria a regularse y eliminar las grasas trans de sus productos.
Sin embargo, para Benoît Lamarche, las grasas trans son solo una pequeña parte del problema. Se deben hacer esfuerzos para mejorar la dieta general de los canadienses.
Grasas trans, saturadas e insaturadas
El tipo de grasa que elija tiene más impacto en su salud que la cantidad de grasa que consume, dice el sitio web de Heart and Stroke Foundation (Fundación del corazón y apoplejía).
La grasa trans incluye aceites parcialmente hidrogenados y se considera dañina. Las grasas saturadas, de fuente animal (queso, leche, mantequilla, carne …), también han sido clasificadas entre los villanos. Sin embargo, nuevos datos indican que sus efectos sobre la salud varían según el tipo de alimento del que provienen.
Las grasas buenas incluyen vegetales monoinsaturados (aceite de oliva, aguacate y algunas nueces) y grasas poliinsaturadas (pescado, lino, algunas nueces) que incluyen los beneficiosos omega-3 y omegas-6 que debemos consumir con moderación.
La entrevista con Benoît Lamarche, presidente de la Cátedra de Nutrición de la Universidad Laval, es de Jean-Sébastien Bernatchez, Radio Canadá
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