En Toronto, un programa de amistad fue creado para personas víctimas de tortura física o psicológica que llegan a la ciudad.
El Centro canadiense para las Víctimas de Tortura (el Centro) es el conceptor de este programa y lo creó para responder a la premisa de que la experiencia de la tortura, la guerra y otras formas de violencia organizada tiene como resultado una profunda la ruptura de los lazos humanos.
El programa de amistad «befriending» fue establecido para enlazar sobrevivientes de tortura con voluntarios en un proceso amistoso y es una de las piedras angulares del Centro ya que considera que la cuestión fundamental en el reasentamiento de refugiados es cómo reconstruir con los refugiados la realidad y la capacidad de los vínculos interpersonales y la manera de fomentar una red alternativa de relaciones en la comunidad de acogida. El Centro está convencido que la comunidad anfitriona es igualmente desafiada a hacer espacio para los recién llegados.
Hablamos con Teresa Dremetsikas, administradora de programas en el Centro Canadiense para las Víctimas de la Tortura quien nos contó en qué consiste esta idea de crear lazos de amistad:
Pero ¿qué es la tortura y cómo se puede saber si una personas ha sido o no víctima de este flagelo? Teresa Dremetsikas cree que con tres preguntas básicas es fácil responder a esta cuestión…
Teresa Dremetsikas cree que sin comprensión mutua es difícil tanto para la comunidad de acogida como para los sobrevivientes de tortura interactuar. A eso responde el programa de amistad del Centro, pero en sí, esa es también la razón de ser del Centro mismo.
En el siguiente extracto Dremetsikas da algunos ejemplos de cómo las experiencias de tortura pueden ser difíciles de comprender si no existen intercambios entre las sobrevivientes y la comunidad anfitriona.
El Centro Canadiense para las Víctimas de la Tortura (CCVT) fue fundado por un grupo de voluntarios de una organización multidisciplinaria de la sociedad civil. A mediados de la década de 1970, médicos de Toronto comenzaron a observar la presencia más constante de sobrevivientes de la tortura en sus prácticas. Por su parte, abogados, trabajadores sociales y grupos comunitarios fueron también atendiendo a los supervivientes. Así, el Centro fue concebido originalmente como un servicio especializado pensado en su momento para proporcionar "un antídoto comunitario contra la tortura y sus efectos." Hoy, el CCVT es una organización benéfica sin fines de lucro. Fundada en 1977 e incorporada en 1983, es el segundo centro de este tipo más antiguo del mundo.
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