El flamante presidente de Brasil firmó, apenas asumido, una disposición que transfiere la incumbencia de los territorios indígenas del país al ministerio de Agricultura.
El ex militar derechista Jair Bolsonaro, que llegó a la presidencia de la primera economía de América Latina tras imponerse en una carrera electoral en la que fueron vetados varios otros candidatos, entre ellos el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, dictó el traspaso de la responsabilidad de los territorios de los pueblos originarios de Brasil al ministerio encargado de la Agricultura.
De ese modo, la Fundación Nacional del Indio (FUNAI), que hasta el momento operaba bajo la tutela de la cartera de Justicia, dependerá de ahora en más del encargado de cuestiones agrícolas, que tendrá en sus manos toda decisión relativa a los territorios ocupados por las numerosas tribus indígenas existentes en la nación sudamericana.
Bolsonaro posa con parte de su gabinete. REUTERS/Ueslei Marcelino.
El nuevo presidente, el primero de extrema derecha en hacerse cargo de los destinos del país luego de la dictadura militar, está a favor de que las tierras ocupadas por los indios puedan ser un objetivo para las actividades comerciales.
Bolsonaro se manifestó partidario de la integración de los pueblos originarios al seno de la sociedad brasileña, sin puntualizar cuáles son las políticas ni los mecanismos que prevé poner en práctica para concretar esa idea.
Grupos defensores del medioambiente y de los indígenas sostuvieron que el objetivo que persigue el nuevo titular del Ejecutivo brasileño es el de permitir la explotación comercial de territorios que, hasta el momento, estaban excluidos de la misma, y que tal postura tendrá como resultado la destrucción de las culturas y lenguas autóctonas.
También recordaron que los indios brasileños son considerados los últimos guardianes de la región de la Amazonía, la selva tropical más grande del mundo, que los especialistas consideran como vital para la preservación de la estabilidad climática.
Algunos temen que la Amazonía sea sometida a la explotación comercial. Foto: iStock.
El ahora presidente se manifestó durante su campaña electoral como la única opción para combatir la incidencia del marxismo en su país, al tiempo que tuvo numerosas expresiones en contra de las minorías, especialmente la integrada por homosexuales.
La derecha política, los grupos evangelistas y parte de la población más desfavorecida se convirtieron en los principales apoyos logrados por Bolsonaro para alzarse con la presidencia de Brasil.
Entre las medidas que busca implementar en las primeras semanas de su mandato se encuentra la liberalización de la tenencia de armas, a la que ve como una medida necesaria para acabar con la ola de violencia que sacude a numerosas ciudades del país, especialmente a Río de Janeiro, donde el propio ejército ha enfrentado inconvenientes para limitar el accionar de las bandas delictivas, ligadas principalmente al comercio ilegal de drogas.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.