Durante la presentación del presupuesto el 21 de marzo pasado, el gobierno canadiense anunció que la Agencia Canadiense de Cooperación Internacional (ACDI) será integrada al Ministerio de Relaciones Exteriores.
Diversos organismos de cooperación internacional se dijeron preocupados por la posible repercusión que este cambio podría tener en el mandato de la agencia y en la asignación de presupuestos a proyectos específicos.
Cabe recordar que tradicionalmente Canadá y su agencia de desarrollo internacional han jugado un rol importante en misiones y proyectos de mantenimiento de la paz y de defensa de los derechos humanos particularmente de mujeres y niños.
Esa tradición se deriva de una ley del país llamada: “Ley de la responsibilidad en materia de ayuda al desarrollo oficial” cuyos objetivos en cada país en el que se trabaja son:
* Aliviar la pobreza
* Trabajar en función de las necesidades de los ciudadanos del país en cuestión
* Respetar los acuerdos internacionales sobre derechos humanos de los que Canadá es signatario
Sin embargo, con esta fusión el gobierno canadiense dice querer unificar esfuerzos y que su presencia sea coherente en el extranjero.
Al integrar la ACDI al Ministerio de Relaciones Exteriores y del Comercio Internacional, Ottawa pretende que los objetivos del ministerio se reflejen en las acciones concretas de las instancias canadienses en el extranjero.
Los grupos de la sociedad civil se han mostrado inquietos.
Para entender las preocupaciones de los organismos de ayuda al desarrollo cuyo presupuesto depende de la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, Paloma Martínez conversó con Julia Sánchez, directora general del Consejo Canadiense para la Cooperación Internacional, una coalición de organismos civiles trabajando a escala internacional en favor del desarrollo humano.
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