Los esfuerzos de Guatemala para buscar justicia ante los crímenes de guerra cometidos por el ex dictador Efraín Ríos Montt y sus oficiales acabaron involucrando al actual presidente del país.
Durante un testimonio en el juicio por genocidio que se le sigue a Ríos Montt, de 86 años, un ex soldado acusó directamente al actual presidente Otto Pérez Molina de haber ordenado actos de pillaje y ejecuciones durante una guerra civil que duró 36 años y en la que murieron más de 200.000 personas, en su mayoría indígenas.
Otto Pérez Molina es un ex general del ejército guatemalteco, graduado de Escuela de las Américas y del Colegio Interamericano de Defensa. Sirvió en las fuerzas especiales llamadas kaibiles, notorias por su brutalidad durante el conflicto armado, y fue director de inteligencia militar.
Los rumores y acusaciones sobre el pasado de Pérez ya eran conocidos, pero sin mayores
pruebas ni cargos formales. El presidente guatemalteco caracterizó el testimonio del ex soldado que lo acusa de “mentiras”.
El ex soldado Hugo Reyes sorprendió al tribunal al declarar que “los soldados, por orden de mayor ‘Tito Arias’, más conocido como Otto Pérez Molina, coordinaron el incendio y el saqueo, con el fin de ejecutar más tarde a la gente.” Este testimonio sacudió al país.
El fiscal Orlando López señaló que el testimonio Reyes es absolutamente creíble, pero que él tiene que estudiar la acusación antes de determinar si llevará a acciones legales. “En este momento estoy concentrado en el caso de Ríos Montt”, dijo López el pasado lunes, añadiendo luego “No sé lo que sucederá después.”
Reyes, de 47 años, es un testigo protegido que testificó por video desde un lugar no revelado. Él declaró que en septiembre de 1982 llegó a la localidad de Nebaj, un municipio en el departamento de El Quiché, como mecánico militar asignado al grupo de ingenieros. Él conocía a los comandantes, incluyendo a Pérez, debido a que ellos también estaban a cargo de la unidad de ingeniería. Hugo Reyes relató que Pérez, quien entonces era un mayor del ejército, ordenó a los soldados quemar y saquear el área, un bastión Ixil.
Cuando Reyes utilizó el apodo «Tito Arias,» algunos en la sala se quedaron sin aliento tras reconocer el nombre de guerra de Otto Pérez. El propio presidente reconoció que ese era su nombre en una columna en el periódico Opinión en el año 2000. En ese artículo, Pérez escribió que fue asignado a Nebaj en julio de 1982.
Una Comisión de la Verdad de Naciones Unidas estableció que las fuerzas de seguridad del Estado y los grupos paramilitares guatemaltecos son responsables de 93 % de los asesinatos y violaciones de derechos humanos documentados, en su mayoría cometidos contra los indígenas mayas. Sin embargo, hasta ahora, sólo oficiales de bajo rango han sido procesados por los crímenes cometidos durante el conflicto que terminó en 1996.
Ríos Montt se encuentra sometido a juicio por genocidio junto a su jefe de inteligencia, José Sánchez, en relación con la muerte de 1.771 indígenas mayas durante la dictadura militar que encabezó desde el 23 de marzo de 1982 al 8 de agosto, 1983, una dictadura que fue respaldada por Estados Unidos.
Reyes declaró que los soldados torturaron y ejecutaron a los indígenas Ixil sospechosos de ser guerrilleros. Dijo que fueron ejecutados niños, mujeres y ancianos. También testificó que los soldados a veces arrojaban vivos a los bebés de las víctimas a las fosas y los enterraban junto con sus madres muertas.
La ofensiva militar fue parte de una brutal campaña de contrainsurgencia que se tradujo en una serie de masacres en tierras mayas donde estaban basadas las guerrillas en Guatemala.
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