En este último tiempo, las impresiones en tres dimensiones se están haciendo más comunes, y hasta ahora se habían impreso juguetes, piezas de diversa complejidad, ropa, anillos, relojes, modelos de casas y edificios a escala, muebles y prototipos de invenciones entre otras cosa. Pero ésta fue la primera vez que la revolucionaria tecnología de la impresión 3D, combinada con la ciencia y la medicina, se utilizó en el Reino Unido con el fin de imprimir una prótesis facial.
El cirujano a cargo de la operación de Moger consideró que las cirugías plásticas tradicionales no serían exitosas porque con los tratamientos de quimioterapia la piel del paciente no estaría en condiciones para ese tipo de intervención. Es así que este paciente terminó en manos de Doctor Andrew Dawood, quien lideró la producción de la prótesis a partir de un modelo digital del cráneo de Moger.
La diferencia más significativa entre la prótesis hecha en este caso particular y otras más convencionales fue la precisión con la que la silicona y los demás materiales fueron cortados y como se amoldaron para ajustarse al rostro del paciente y que finalmente dieron la impresión de una cara “real”.

A partir de una máquina de resonancia digital, el rostro del paciente fue digitalizado milimétricamente y luego proyectado en un modelo en 3D de computadora. Con ese molde, Dawood pudo recrear una estructura de titanio para recomponer el hueso del área afectada y diseñar una prótesis de silicona que imita la piel humana para cubrir el rostro del Moger. Se utilizaron tres técnicas diferentes para lograr la réplica del rostro del paciente: un rayo x digital, una tomografía computarizada y un programa de modelaje tridimensional. Eso le otorgó la precisión necesaria para que la impresión 3D pudiese recrear un modelo perfecto del cráneo de Moger y posteriormente de la prótesis.
Esta fue la primera vez que se utilizó en el Reino Unido una impresora 3D con este fin, una tecnología capaz de generar todo tipo de objetos tridimensionales diseñados y modelados en la computadora. Según el doctor Andrew Dawood, la impresora con la que trabajaron, es una máquina que cuenta con herramientas láser para cortar, esculpir y amoldar piezas de plástico, silicona, nylon y metales como el titanio con mucha más precisión y rapidez.
Para Eric Moger, el cambio fue en grande pues no se trató solo de un cambio desde el punto de vista estético sino funcional. Esta prótesis, que se ajusta cabalmente a la cara del paciente, le permite realizar movimientos con el maxilar que fue adecuado para comer e ingerir líquidos. Antes de la operación, solo le era posible comer mediante un tubo conectado directamente con su estómago.
En definitiva, este operación le abrió a Eric Moger un universo totalmente nuevo, pues le otorgó confianza en sí mismo y lo hizo comenzar a rehacer su vida social. Este “hombre nuevo” gracias a las impresiones 3D tiene ahora entre sus planes concretar su casamiento, que había sido cancelado cuando le fue descubierto el cáncer. Una muestra más de la tecnología al servicio del hombre.
Fuente: BBC Mundo
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