El argentino Juan Méndez, nacido en Lomas de Zamora, Argentina, en 1944, conoció la violencia de Estado en su país natal cuando decidió defender como abogado a prisioneros políticos durante los años 70.
En esos años de la dictadura de Videla, el régimen militar lo encarceló. Los juicios actuales a los miembros de esa dictadura han demostrado la brutalidad con la que eran tratados los ciudadanos capturados por el aparato de represión estatal en aquella época.
En 1977, tras ser declarado como “prisionero de conciencia” por Amnistía Internacional, Méndez fue finalmente expulsado del país y se estableció en Nueva York.
En Estados Unidos trabajó durante 15 años para el organismo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch, del que fue el director legal desde 1994.
Juan Méndez fue Asesor Especial para la Prevención del Genocidio, con rango de subsecretario general de 2004 a 2007. De 2007 a 2010 fue presidente del Centro Internacional para la Justicia Transicional y fue presidente de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Actualmente él es Relator Especial de Naciones Unidas sobre la tortura.
En un evento presentado en el marco del 10 º aniversario de la IEIM, el Instituto de Estudios Internacional de Montreal, en asociación con la cátedra Nycole Turmel sobre espacios públicos e innovaciones políticas, Juan Méndez sostuvo que uno de los mayores desafíos en materia de derechos humanos en la región es consolidar los logros en derechos humanos en la región.
Él destaca que en América Latina hace falta un control horizontal de las instituciones democráticas y que es necesario desarrollar el principio de que la democracia no es una delegación del control de las instituciones.
Por otro lado, la historia contemporánea de América Latina muestra, según Méndez, un camino posible para la aplicación de la justicia ante abusos cometidos en el pasado, y que el juicio por genocidio contra el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt en un ejemplo mundial.
En su presentación, el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la tortura destacó que uno de los problemas cruciales en la región es la pobreza y la creciente brecha entre pobres y ricos, que es una de las mayores en el mundo.
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