La música de origen latinoamericano se ha ido ganando un espacio privilegiado en el corazón de los canadienses. Tanto los ritmos bailables como la música folclórica y romántica han ido saliendo de las reuniones de latinos para llegar a los hogares, las discotecas, los bares y los festivales canadienses.
Portada del disco.
Y es que la música permite también que los inmigrantes cuenten historias, sus historias, sus sueños, sus dificultades, sus alegrías y tristezas, sus desafíos y éxitos.
Ese es el caso de una joven cantante de origen venezolano, Alejandra Suárez, que acaba de terminar la grabación de su primer trabajo discográfico titulado “Empecemos de cero”.
Quienes la conocen desde hace años la definen como una joven con muchisimo talento que no quiere dejar morir sus raíces.
Por eso, no ha dejado de soñar y combina su trabajo actual con la música teniendo claro que lo más importante es llevar un trozo de su tierra latina a todos aquellos y aquellas que así lo desean.
Ella sabe que no son pocos los que sienten una energía y una ternura maravillosas que invaden su cuerpo cuando los ritmos latinos y las palabras de las canciones comienzan a sonar.
Escuche«A los dieciséis años, Alejandra se mudó con su familia de Caracas a Montréal. Esa experiencia significó dejar familiares y amigos, aprender francés e inglés y acostumbrarse al invierno quebequense. Significó sumergirse en una nueva cultura y al mismo tiempo buscar la manera de mantener su identidad. Desde pequeña, Alejandra cantaba y bailaba con gran pasion y gracia.
En el colegio participó de lleno en actividades musicales y culturales. Pero en Canadá, la música se convirtió en su refugio; una manera de enlazar sus dos vidas. La música fue el lugar donde sus raíces venezolanas se unieron con su nueva vida para crear algo verdaderamente único y hermoso».
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