Hace ya algunos años, en Vancouver, Canadá, un grupo de artistas multidisciplinarios, conformado por escritores, pintores, fotógrafos, diseñadores y soñadores, decidió dar vida a una publicación literaria que abriera sus páginas a todo tipo de manifestaciones intelectuales. Seguros de lo que hacían y buscando algo que representara claramente lo que querían decidieron que la revista se llamaría “El Cencerro”.
Su presentación irreverente es en realidad una verdadera invitación a leer y una forma de criticar a los lujosos grandes medios de comunicación que no dan oportunidades a quienes no piensan como ellos o a quienes, simplemente, piensan.

Detrás del Cencerro hay un grupo de latinoamericanos que logró convencer a varias de las más grandes plumas hispanas de enviarles colaboraciones que se mezclan con las críticas cinematográficas del “Mugido Vengador” y con los temas escritos en otras secciones con nombres bastante sugestivos: “Convidados a Pastar”, “Revoltijos”, “Con o Sin Badajo”, “Letras al establo” y “El Lavadero”.
Hablamos con Raúl Gatica, uno de los fundadores de la publicación quien nos lleva de la mano en un recorrido por la redacción de este proyecto cultural.
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