El ex presidente pakistaní Pervez Musharraf fue transferido hoy al centro de detención del cuartel general de la policía de Islamabad para ser interrogado en espera de comparecer ante la justicia por el despido de jueces mientras él se encontraba en el poder.
Pocas horas antes, el ex general Musharraf había sido asignado a residencia vigilada en su villa, en las afueras de la capital. Según su porta voz Mohammad Amjad, la policía no presentó los documentos administrativos necesarios a su detención en su casa, por lo tanto fue transferido al cuartel general de la policía en espera de su audiencia el lunes.
La policía pakistaní no hizo ningún comentario
El ex general tomó el poder en 1999, después de un golpe de Estado. Fue obligado a renunciar en 2008 después de las elecciones legislativas perdidas por su partido. Hasta muy recientemente vivía en exilio en Londres y Dubái.
El hombre de 69 años de edad regresó a Pakistán el mes pasado con la esperanza de llevar su partido al poder en las próximas elecciones generales el 11 de mayo próximo. Más no obstante, el tribunal pakistaní excluyó su candidatura estimando que él había “violado la constitución” varias veces cuando se encontraba en el poder. En particular, cuando asignó a los jueces a residencia vigilada, incluyendo al juez en jefe de la Corte Suprema, durante su enfrentamiento con el aparato judicial en 2007.
La justicia reprocha a Pervez Musharraf de no haber suministrado suficiente protección a la ex primera ministra Benazir Bhutto, asesinada en diciembre de 2007. Musharraf está relacionado también con la muerte del jefe separatista de Baluchistán, Akbar Bugti, en 2006. El ex presidente desmiente todas estas acusaciones.
Este jueves, el ex general se había presentado a una audiencia para prolongar su libertad condicional que le había sido otorgada en el expediente del despido de los jueces. Pero el tribunal la rechazó el pedido y ordenó su detención, afirmando que Pervez Musharraf había sembrado “el miedo en la población”, la “inseguridad en los magistrados” y “el terrorismo en todo Pakistán” cuando era presidente del país.
En Pakistán, donde los golpes de Estado militares se repitieron en el transcurso de los años, es la primera vez que la justicia ordena la detención de un ex jefe de Estado mayor del ejército, que es considerada como la institución más poderosa del país.
El ex presidente se había, a pesar de todo, sustraído a su detención, abandonando precipitadamente el tribunal bajo la protección de sus guardaespaldas y escapando en una camioneta negra para regresar a su villa. Sus abogados decían entonces que él podía ir en apelación ante la Corte Suprema.
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