Los opositores del presidente Vladimir Putin deben manifestar hoy en Moscú para conmemorar el aniversario de los acontecimientos del 6 de mayo de 2012 que se convirtieron en un símbolo de la oposición y la protesta en Rusia.
En vísperas de la gran reunión, varios cientos de opositores de Vladimir Putin marcharon el domingo en la capital, coreando consignas contra el presidente y comparando sus acciones con las purgas estalinistas de 1937.
Los principales líderes de la oposición y el periodista anti corrupción Alexei Navalny no han participado en la marcha, pero prevén manifestar el lunes en la plaza Bolotnaïa para conmemorar el aniversario.
La reunión del 6 de mayo 2012 que había reunido a más de 20.000 personas, había dado lugar a «desórdenes masivos» y había degenerado en enfrentamientos. La marcha fue reprimida violentamente por la policía y más de 400 manifestantes fueron arrestados. Uno de ellos fue sentenciado a cuatro años de prisión en noviembre pasado, mientras que muchos otros siguen esperando sentencia.
Alexei Navalny y el líder de Frente de Izquierda Sergei Udaltsov, habían sido también detenidos y multados. Tras los disturbios, el día del regreso al Kremlin de Vladimir Putin, el corresponsal de Radio Canadá Jean-François Bélanger informaba que Moscú parecía una «ciudad sitiada».
El control sobre las manifestaciones
El verano pasado, la cámara alta del Parlamento ruso aprobó una ley contra las manifestaciones multiplicando por 150 la multa por cualquier participación en una manifestación no autorizada. Con esta ley, la multa máxima sube de 2000 a 300.000 rublos (de 61 a 9.300 dólares canadienses).
Se trata de una multa más grave que la de muchos otros males en Rusia, incluyendo la violación de depósitos de material nuclear.
El Kremlin comenzó a reprimir las protestas desde el año pasado con el retorno a la presidencia de Vladimir Putin.
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