En Bangladesh, el edificio que se derrumbó el 4 de abril de este año en Dacca, la capital, dejó un saldo de más de 800 muertos, según las últimas cifras. De las 30 compañías occidentales que hacían fabricar su ropa en los talleres de este edificio de 8 pisos, solo 3 compañías, entre ellas la inglesa Primark y la canadiense Loblaw, se dieron a conocer y fueron las primeras en ofrecer su ayuda a las familias de las víctimas de este desastre.

Las grandes compañías como Loblaw y Waltmart saben cómo funcionan los talleres de confección donde ellos hacen fabricar sus marcas. Deberían escoger mejor a las fábricas con las que hacen negocios. Fábricas que ofrezcan un entorno seguro y buenas condiciones de trabajo. Deberían obligar a los dueños de los talleres a respetar ciertas condiciones mínimas e inspeccionar regularmente en esos talleres.
La Coalición Quebequense contra los Talleres de la Miseria fue creada en 2003 bajo la iniciativa del Centro Internacional de Solidaridad Obrera, CISO, una reagrupación de grandes centrales obreras que a mediados de la década de los 70 se dieron como tarea de reflexionar sobre el impacto de la mundialización sobre las condiciones de trabajo, tanto en Canadá como en otros lugares del mundo.
Michelle Asselin, coordinadora de la Coalición, dice que todos los días los derechos de las y los trabajadores tales como, la salud y la seguridad en el trabajo, un salario decente, el derecho de asociación, son burlados en miles de talleres de miseria, pequeñas fábricas.
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