El tratamiento que otorga el gobierno de Canadá a los pueblos indígenas en el país será examinado en detalle el próximo año.
El gobierno federal dio el permiso necesario a tres organizaciones de defensa de los derechos humanos, incluyendo dos entidades que hacen parte de Naciones Unidas, para que puedan visitar el país y examinar las condiciones de vida de las comunidades de las Primeras Naciones.
El Relator especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, James Anaya, así como los miembros del Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos son las entidades que realizarán las visitas.
Estas organizaciones prestarán atención, entre otros, a temas como el acceso al agua potable, a la vivienda y la educación.
Las entidades también examinarán si el gobierno federal canadiense y la policía están haciendo lo suficiente para resolver los casos de cerca de 600 mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas en Canadá.
Según el Gran Jefe David Harper, miembro del consejo político Keewatinowi Okimakanak MKO, que representa a las comunidades de las Primeras Naciones en el norte de Manitoba, ha llegado la hora en que Canadá debe responder a la comunidad internacional sobre qué es lo que se ha hecho y qué más se puede hacer.
Últimamente Canadá ha tenido una relación conflictiva con los Relatores especiales de la ONU.
En mayo pasado, el Relator especial de la ONU sobre el derecho a la alimentación, Olivier De Schutter, reprendió a Canadá por la creciente desigualdad social y la falta de acceso adecuado a los alimentos. De Schutter destacó que la brecha entre ricos y pobres está aumentando en Canadá y que unos 800.000 hogares no tienen acceso a una alimentación sana y suficiente.
El Gobierno conservador canadiense reaccionó con irritación a los comentarios de De Schutter.
El ministro de Inmigración, Jason Kenney, señaló que De Schutter estaba derrochando el dinero de su organización al visitar un país rico y desarrollado como Canadá.
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