Photo Credit: AFP / DANIEL GARCIA

Manifestación pacífica en contra del entierro de Jorge Rafael Videla en cementerio local

Docenas de personas manifestaron anoche de forma pacífica en la ciudad natal del ex dictador Jorge Rafael Videla para protestar contra su posible entierro en el cementerio local.

El abogado de la familia de Videla dijo que sus restos podían ser enterrados en el cementerio municipal de Mercedes, al oeste de la capital, Buenos Aires. Más sin embargo, esta decisión no ha sido tomada todavía.

Activistas de derechos humanos, residentes locales y grupos de izquierda manifestaron en la plaza central de la ciudad para rechazar la posibilidad de que el entierro de Videla se haga en el cementerio de la ciudad.

«Es un rechazo de lo que Videla representa en nuestra historia. El mayor genocida y el último dictador que los argentinos tuvo que soportar». Oscar Amesteguia, nacido en Mercedes.

Videla murió el viernes a los 87 años mientras cumplía una condena de cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad, cometidos bajo su liderazgo durante los años más sangrientos de la dictadura militar entre 1976 y 1983.

La cifra oficial de los disidentes asesinados y desaparecidos durante el gobierno de Videla es de más de 13.000 personas, aunque los activistas de derechos humanos cifran el número en alrededor de 30.000.

Los Videla tienen dos bóvedas de la familia en el cementerio municipal. Pero, los residentes molestos por la idea de que Videla sea enterrado allí, colgaron  22 pancartas con las imágenes de los desaparecidos de Mercedes por los escuadrones de la muerte, protegiendo las dos entradas al cementerio.

La bóveda de los Videla, convive con los restos de los cuerpos que fueron recuperados de las víctimas de la dictadura de Videla, entre ellos 3 de los 5 padres palotinos que fueron fusilados en 1976, en su casa parroquial en Buenos Aires, por las fuerzas federales en lo que se conoció como la «Masacre de San Patricio».

A las 7 de la noche de este miércoles, el cuerpo del general Jorge Rafael Videla no había llegado al cementerio y se encontraba todavía en la morgue de Buenos Aires. A esa hora, en la plaza central de la ciudad se congregó a las organizaciones políticas y a vecinos que se reunieron para repudiarlo.

Una mujer escribió con un marcador un cartel donde se podía leer: “Ni vivo ni muerto. Que no descanse en paz”.

Categorías: Internacional, Política, Sociedad
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