El presidente sirio, Bashar Al-Assad ha reconocido implícitamente la recepción de misiles S-300 de Rusia. Estos misiles son armas muy modernas que pueden destruir aviones o misiles guiados.

“Siria ya ha recibido el primer envío de misiles antiaéreos S-300”, dijo el Presidente en una entrevista con Al Manar. “El resto del envío llegará pronto”.
El Gobierno ruso dijo el martes que ese armamento es necesario para evitar injerencias extranjeras en el conflicto sirio.
El Asad también confirmó que su Gobierno acudirá a la cumbre Ginebra 2, que tendrá lugar en junio, y en la que se tratará de buscar una solución diplomática a la crisis.
El conflicto interno en Siria, que comenzó en marzo de 2011, se ha cobrado ya la vida de más de 80.000 personas y ha provocado más de 1,5 millones de desplazados que han huido a otros países, especialmente Líbano y Jordania.
En la entrevista, el Presidente sirio asegura que no tiene fe en que la cumbre en Europa, en la que también participarán, entre otros, EE UU, Rusia y la oposición, ofrezca resultados positivos.
El Wall Street Journal había informado a principios de mayo que el acuerdo de venta de misiles se remontaba a 2010 y que Siria había pagado Rusia 900 millones de dólares por cuatro baterías de misiles S-300, incluyendo seis lanzadores y 144 misiles con un rango de 200 km.
La instalación de un sistema de defensa aérea complicaría cualquier proyecto de los Estados Unidos o sus aliados para llevar a cabo ataques aéreos contra el régimen de Damasco, de establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria o de intervención para asegurar y desmantelar las armas químicas.
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