Eva Aariak, première ministre et ministre de l’Éducation du Nunavut

Eva Aariak, primera ministra del Territorio de Nunavut

Trece nuevas maestras en Iqaluit

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En Iqaluit, la capital del territorio de Nunavut, situado en el Ártico canadiense y donde habitan unas 32.000 personas, hace pocas semanas trece mujeres se graduaron de la universidad, tras completar una maestría en Educación, titulo otorgado por la Universidad de la Isla del Príncipe Eduardo.

Este también es un gran día para Eva Aariak la primera ministra del Territorio autónomo de Nunavut, que con más de dos millones de kilómetros cuadrados, es más grande que México.

Eva Aariak fue profesora. Fue ella quien tradujo la palabra Internet al inuit, que se pronuncia ikiaqqivik, que significa “viajar a través de los niveles o capas” y que hace referencia al concepto inuit tradicional del shaman, que viaja a través del tiempo y el espacio para encontrar respuesta a interrogantes materiales y espirituales.

En Nunavut no existe una universidad. El programa de estudios que permitió a trece mujeres del territorio seguir sus estudios superiores fue resultado de la colaboración entre el gobierno de Nunavut y la Universidad de la isla del Príncipe Eduardo. Su impacto es enorme.

Para lograr sus títulos universitarios, las trece graduadas se la pasaron viajando durante tres años para seguir cursos en Charlottetown, la capital de la diminuta provincia de la Isla del Príncipe Eduardo, en Iqaluit, la capital de Nunavut y también siguieron cursos en Rankin Inlet, un pueblito situado en el Ártico, al noroeste de la Bahía de Hudson.

Ellas también tuvieron que seguir sus cursos por Internet, mientras continuaban trabajando en sus respectivas comunidades.

Fue a partir de los años 80 que comenzó en lo que hoy es Nunavut la formación académica de maestros.

Esto como una manera de proteger la lengua y la cultura inuit, llevándola a las escuelas. De otro modo se corría el riesgo de que la cultura dominante en Canadá acabe debilitando culturalmente a las comunidades inuit. Por otro lado, las instituciones educativas eran manejadas por gente venida del exterior de la cultura inuit.

Con el tiempo, muchos de aquellos antiguos estudiantes pasaron a ocupar puestos de responsabilidad en el nuevo territorio autónomo, como la propia primera ministra Eva Aariak, quien conoce a muchas de las mujeres que celebraron la culminación de sus estudios universitarios con una ceremonia en la capital, Iqaluit.

Para Becky Tootoo, esta ceremonia de graduación es una recompensa al esfuerzo llevado a cabo durante tres años de trabajo duro y reflexión.

“Aprendan todo lo que puedan para poder tener éxito en los dos mundos: en el mundo inuit y en el mundo occidental, y continúen avanzando en la vida, con orgullo”, dijo Becky Tootoo, al considerar sus posibilidades venideras, esta vez con un título universitario bajo el brazo.

Este es un momento en las vidas  de estas mujeres en el que han coincidido tanto la voluntad personal como la voluntad de las autoridades de un joven Territorio canadiense de educar a sus ciudadanas, apoyándose en avances tecnológicos como el Internet, lo cual les permitió trabajar y estudiar a distancia.

Categorías: Indígenas, Sociedad
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