Según el primer ministro de Canadá, Stephen Harper, el comunicado difundido este martes por el G8, en el que los ocho países más desarrollados del mundo piden que se ponga fin a los combates en Siria, representa un cambio de parte del presidente ruso, Vladimir Putin.
“Tenemos un resultado muy diferente y mucho mejor de lo que pensé que íbamos a tener”, dijo Harper dijo a los periodistas.
Antes de la cumbre, Harper dijo que temía que el apoyo de Putin al régimen sirio de Bashar al Assad haría muy difícil lograr un acuerdo en la Cumbre del G8.
“Creo que este fue un paso muy significativo de parte de Putin y los rusos”, dijo el primer ministro de Canadá.
Por su parte, el presidente ruso Vladimir Putin repitió este martes que el envío de armas a los rebeldes sirios podría ser contraproducente y defendió los contactos militares de Rusia con el gobierno sirio.
En tono desafiante, tras dos días de conversaciones en la Cumbre del G8, Putin dijo que no descartaba la posibilidad de nuevos contratos para la provisión de armas al gobierno del presidente sirio Bashar al Assad.
Putin advirtió que las armas enviadas a los rebeldes sirios podrían un día acabar siendo utilizadas en Europa.
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