Photo Credit: AFP/YASUYOSHI CHIBA

1 millón de brasileños en las calles

Casi 1 millón de personas  manifestaron en varias ciudades de Brasil el jueves contra la precariedad de los servicios básicos ofrecidos a la población por el gobierno, que sin embargo  ha abierto los grifos  en previsión de la Copa del Mundo de fútbol, prevista para 2014. El Gobierno se reunirá el viernes para gestionar la crisis.

La policía utilizó gases lacrimógenos en Río. Los enfrentamientos se produjeron cuando los manifestantes se acercaron al lugar en el que había un partido de la Copa Confederaciones. En el interior, los simpatizantes coreaban consignas en apoyo a los manifestantes.

En la capital, Brasilia, un puñado de manifestantes atacó el Ministerio de Relaciones Exteriores. Ellos lograron romper una ventana  tirando objetos en llamas contra la icónica arquitectura del edificio creado por Oscar Nemeyer. Los manifestantes fueron reprimidos por la policía justo antes de entraran en el edificio.

Tres manifestantes fueron golpeados por un coche en una ciudad en el estado de Sao Paulo. Según la policía, uno de ellos murió. Esta es la primera muerte relacionada con las protestas desde el inicio del descontento popular, hace 10 días.

Las ciudades de Salvador, Manaos y Sao Paulo también han experimentado grandes manifestaciones.

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Manifestante en Rio de Janeiro © Ueslei Marcelino/Reuters/CBC

A pesar de las medidas, las manifestaciones crecen, incluso en Montreal

La gravedad de la situación ha obligado a la presidenta Dilma Rousseff a  convocar una reunión de emergencia el viernes, según diversas fuentes gubernamentales.

Más temprano, la presidente había cancelado el viaje que tenía que hacer en Japón del 26 al 28 de junio.

Las protestas están creciendo en todo el Brasil, donde la población protesta  desde hace más de una semana contra el gobierno acusado de  olvidar  los servicios públicos en provecho de  la organización de la Copa Mundial de Fútbol 2014.

El enojo de los brasileños tuvo eco hasta   Montreal, donde un centenar de personas debían  desfilar del centro de la ciudad al  Consulado de Brasil en la metrópoli. Los organizadores han convocado a una manifestación pacífica.

Un aumento en las tarifas del transporte público fue la chispa que encendió la pólvora. El movimiento comenzó en Porto Alegre el  6 de junio, antes de expandirse a las principales ciudades en los días siguientes.  La presidenta  Rousseff  dijo que “escuchaba”  las reivindicaciones de la calle el martes, pero sin avanzar propuestas concretas.

Los municipios de Sao Paulo y Río de Janeiro han cedido a la demanda popular para la reducción de los precios de transporte, una medida aplicada en varias otras ciudades el martes.

Categorías: Economía, Internacional, Política
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