El partido más pequeño de la coalición en el poder en Grecia se retiró del gobierno este viernes a causa del cierre abrupto del radiodifusor estatal, dejando al primer ministro Antonis Samaras con una minúscula mayoría en parlamento.
Después del colapso de las negociaciones sobre la reanudación de operaciones del sistema de radio y televisión pública en Grecia, ERT, ayer jueves los legisladores de la Izquierda Democrática votaron a favor de retirar a sus ministros de gabinete de Samaras.
Los miembros de este partido también deberán decidir si continuarán apoyando desde el Parlamento el plan internacional de rescate de la economía griega.
La salida del partido de izquierda representa un duro golpe para el conservador Samaras, que se quedó con una débil mayoría de tres escaños en el Parlamento, lo que hará más difícil aprobar las impopulares reformas exigidas por los prestamistas extranjeros y dará un mayor vigor a la oposición griega.
Esta madrugada, en un discurso de tono desafiante, Samaras dijo que estaba dispuesto a seguir adelante sin el apoyo del Partido Izquierda Democrática.
El partido conservador de Samaras, el Partido de la Nueva Democracia y su aliado socialista PASOK tienen 153 diputados en el parlamento de 300 escaños, lo que le permitirá salir del paso por un tiempo sin el apoyo de 14 legisladores de la Izquierda Democrática, pero las perspectivas a largo plazo presentan un paisaje político más inestable.
Por otro lado, los responsable de los tres partidos políticos descartaron la posibilidad de llevar a cabo elecciones anticipadas, ya que esto podría descarrilar el programa de rescate impuesto a Grecia por entidades financiera internacionales.
Una visita de inspección a Grecia de parte de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional debe ser completada en julio para evitar problemas de financiamiento, dijeron las entidades crediticias ayer jueves, añadiendo que probablemente se requieran nuevas medidas de austeridad para resolver la crisis económica que golpea a Grecia.
Por lo menos dos legisladores independientes sugirieron que apoyarían al gobierno de Samara, que llegó al poder bajo la forma de una frágil coalición que busca garantizar la permanencia de Grecia en la zona del euro, aceptando a cambio de ello la imposición de una serie de onerosas medidas de recorte del gasto público y la privatización o clausura de los bienes y servicios del Estado.
Los miembros de la coalición se han disputado intensamente sobre una serie de temas que van desde las políticas de austeridad al tema de la inmigración. Los legisladores del partido de Samaras acusaron al Partido Izquierda Democrática de bloquear reformas necesarias en el sector público para asegurar el acceso a los fondos de rescate.
La última crisis comenzó hace diez días cuando Samaras decidió bruscamente cerrar el sistema público de radio y televisión ERT y echar a la calle a sus 2.600 trabajadores, lo que provocó la protesta de sus dos aliados, además de las protestas de los sindicatos y periodistas.
Tras llamar a la ERT lugar de «pecado”, de «despilfarro» y de antro de clientelismo político, Samaras dijo que la medida era necesaria para cumplir con las cuotas de despido de trabajadores públicos establecidas para Grecia por la Unión Europea y los prestamistas del FMI.
Tras negarse inicialmente a abrir de nuevo las puertas de ERT, Samaras dijo el pasado jueves que había ofrecido a sus aliados contratar de nuevo a cerca de 2.000 trabajadores despedidos para formar una nueva emisora.
Este compromiso fue aceptado por el Partido PASOK, pero fue rechazado por la Izquierda Democrática, que insistió en que todos los trabajadores debían ser contratados de nuevo.
Para la Izquierda Democrática lo que está en juego en esta situación es algo mayor que la radiodifusión pública en Grecia, ya que se trata de la protección de la democracia y el Estado de Derecho.
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