Las lluvias torrenciales y las inundaciones generalizadas en el sur de Alberta han dejado a la población de esa provincia de las Praderas asombradas ante el poder de la naturaleza y la magnitud de la devastación causada por los desbordes de ríos y súbitas crecidas. Las horas y días que vendrán son esperados con temor e incertidumbre tanto por la ciudadanía como por las autoridades.
Las potentes lluvias e inundaciones destruyeron caminos, puentes y viviendas. Por lo menos una persona se encuentra desaparecida. Las aguas se llevaron flotando sofás, automóviles, refrigeradores. Más de veinte comunidades tuvieron que ser evacuadas y otras más están bajo estado de emergencia.
Solamente en la ciudad de Calgary, de más de un millón de habitantes, unas 100.000 personas podrían verse obligadas a abandonar sus viviendas. Este viernes por la tarde comenzó la evacuación del centro de la ciudad de Calgary.
Las autoridades locales abrieron varios refugios donde hasta esta mañana se encontraban unas 2.500 personas. Este viernes tanto escuelas como universidades se encuentran cerradas.
La Unidad de Respuesta Inmediata del ejército canadiense ha desplegado 600 soldados para proveer auxilio a la ciudad. Otros 600 militares de la Brigada Mecanizada de Edmonton están en estado de alerta.
Las autoridades informaron que, si la situación lo exige, pueden movilizar miles de soldados estacionados en Edmonton para proveer socorro y ayuda humanitaria.
Esta situación ha motivado a algunos residentes de la ciudad a ofrecer refugio a quienes se vean afectados por la fuerza de las aguas. Uno de ellos es Ángel Chávez, un mexicano originario de Saltillo y trabajador de la construcción.
Ante el impacto de las lluvias en la población, él colocó en un tablero electrónico un anuncio ofreciendo techo y comida a los evacuados. Él nos brinda un testimonio de la situación en Calgary.
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