Los islamistas del Cáucaso piensan cerrarle el paso al presidente ruso Vladimir Putin en la organización de los Juegos Olímpicos de invierno que se llevarán a cabo en la ciudad de Sotchi, Rusia, en 2014.
Por primera vez, el jefe de los islamistas del Cáucaso ruso, Dokou Oumarov, incitó sus militantes este miércoles a utilizar la “fuerza máxima” para impedir la realización de los juegos.
Él acusa a las autoridades rusas de querer “organizar los Juegos Olímpicos sobre los huesos de numerosos musulmanes enterrados en nuestras tierras, a lo largo del Mar Negro”. “Debemos impedirlo a toda costa” agregó Oumarov en un vídeo publicado en Internet.
El rebelde islamista está a la cabeza del Emirato del Cáucaso, un movimiento islamista clandestino que se encuentra en la lista negra de las organizaciones terroristas establecida por Estados Unidos.
Dokou Oumarov anula así una orden anterior que pedía en 2012 que se evitaran los blancos rusos y los civiles. Hoy anunció el levantamiento de esa moratoria, alegando que las acciones pacíficas de sus militantes son vistas por Moscú más como una “debilidad” que como un acto de “buena voluntad”.
El líder islamista denuncia las operaciones militares perpetradas por Moscú en el Cáucaso y contra el Emirato.
En reacción a las amenazas islamistas, el comité de organización de los Juegos Olímpicos dijo que la seguridad de los juegos está a cargo del Estado.
En febrero de este año, el presidente Putin puso a Sotchi en estado de alerta después que tres policías hubieran perdido la vida en un atentado suicida perpetrado en Daguestán, a 800 kilómetros de Sotchi.
La estación balnearia de Sotchi, vecina del Cáucaso ruso, está situada entre las montañas y el Mar Negro, al sur de Rusia.
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