Pocos juegos exploran el cómo y dónde se fabrican las armas, así como su impacto en la sociedad.
Esta vez es diferente con Gun Factory, uno de los cuatro proyectos de juego vídeo ético que ha sido diseñado por equipos de la Universidad de Concordia en Montreal.
Mehrdad Dehdashti, que forma parte de uno de los equipos detrás de este juego, dice que quiere cambiar el debate sobre la violencia en los videojuegos, para que éste se sitúe más bien en la cabeza del jugador. El videojuego Gun Factory, Fábrica de armas, lo ubicaría entonces en la posición de un fabricante de armas.
«En los juegos donde eres el tirador, te dan todas estas armas, pero nadie se pregunta de dónde vienen. La idea es estudiar cómo funciona la ganancia, el beneficio del tráfico de armas, y se demuestra que la creación de más armas, no contribuye a la solución de los problemas de la sociedad” dice el graduado de la Universidad de McGill, que ya trabajó para Ubisoft, una de las mayores compañías de videojuegos en Montreal.
Él hace parte de un programa especial de verano llamado Golpe crítico, que incluye a los trabajadores de los medios de comunicación, diseñadores, programadores, mentores de la Universidad de Concordia y los mejores de la industria de los videojuegos en la ciudad.
Entre otros juegos que se desarrollarán en el Centro de Tecnocultura, Arte y Juegos de la Universidad Concordia figuran Skipping Stones, una meditación lenta sobre las penas y los corazones rotos así como Rat Story, que trata de llamar la atención sobre los problemas de reciclaje de desechos en los países en desarrollo.
Sin embargo, la clave del éxito sigue siendo el placer de jugar a estos juegos, según Angelique Mannella, directora de una compañía de videojuegos en Montreal, asociada también al proyecto con el Colegio Dawson de Montreal. El PDG de Decode Global, que se especializa en los videojuegos a tendencia ética, afirma que:
“Los criterios de placer y de la construcción de la historia son extremadamente importantes, y sólo después buscamos las maneras de introducir el ángulo social”.
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