El papa Francisco publicó este viernes su primera encíclica “Lumen Fidei” (La luz de la fe). Con este documento, que debía inicialmente formar parte de una serie de textos de referencia de su predecesor sobre las tres virtudes teológicas cristianas: la caridad, la esperanza y la fe, el nuevo soberano pontífice continúa en la línea de pensamiento de Benedicto XVI, que renunció a su cargo en febrero de este año, debido a su frágil estado de salud y no pudo terminar su trabajo.
La mano de Benedicto XVI es clara a lo largo de los primeros tres capítulos de “Lumen Fidei”, con su característico estilo teológico, más no obstante, las prioridades de Francisco se hacen evidentes en el último capítulo, donde el jesuita argentino insiste en el papel de la fe como medio para servir al bien común y para dar esperanza a aquellos que sufren.
“Lumen Fidei” insiste en la importancia central de la fe cristiana en tanto que defensa contra la “amnesia masiva de nuestro mundo contemporáneo” provocada por la confianza excesiva en la tecnología y en las “virtudes subjetivas de los individuos”.
“Cuando la fe se debilita, los cimientos de la humanidad también corren el riesgo de debilitarse”, escribe el papa en este texto de 82 páginas destinado a los obispos y publicado tres días antes del primer desplazamiento del papa Francisco fuera de Roma.
El papa decidió viajar el lunes próximo a la isla italiana de Lampedusa, situada entre Sicilia y Túnez, al sur de Italia en el Mediterráneo, como muestra de solidaridad con las decenas de miles de migrantes que llegan allí cada año después de un viaje peligroso.
Lampedusa es una de las principales puertas de entrada en la Unión Europea para los migrantes, mayoritariamente africanos, que tratan de atravesar el mar Mediterráneo.
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