Un joven de 17 años fue quemado vivo por una turba enardecida de Bolivia. Según la policía, un grupo de unos 500 pobladores capturó a dos jóvenes poco después de que alguien dijera que estaban intentando robar una moto y que habían intentado matar al propietario de la misma.
Aunque funcionarios públicos y autoridades se desplazaron al lugar en el que los tenían retenidos, los habitantes no quisieron soltarlos y procedieron a rosearlos con gasolina para luego prenderle fuego a uno de ellos.
Los hechos ocurrieron en la localidad de Eterazama, en Cochabamba, donde los habitantes justificaron el asesinato basándose en las supuestas competencias judiciales que les entregó la constitución al crear la justicia comunitaria.
Con ese argumento, cinco presuntos criminales han sido linchados por grupos de ciudadanos que ejecutan, según los grupos defensores de Derechos Humanos, asesinatos luego de procesos expeditivos y donde el acusado no tiene ninguna defensa real.
Hay que recordar que la pena de muerte no está consagrada en la Carta Magna y que nadie puede, según las leyes de ese país, realizar ejecuciones sin ser considerado un delincuente.
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