Las barreras lingüísticas podrían poner en peligro la salud sexual de los jóvenes recién llegados a Canadá, según un estudio que sugiere que la educación sexual debe adaptarse a las necesidades de los jóvenes inmigrantes.
Cerca de 4.500 estudiantes de Asia Oriental entre 7 y 12 años participaron en el estudio de la Escuela de Enfermería de la Universidad de Columbia Británica.
El estudio explica que la gran mayoría de los estudiantes no eran sexualmente activos, por razones culturales, pero entre el 12% de los estudiantes que sí lo eran, uno en cuatro consumían alcohol o drogas antes de una relación y casi la mitad de las adolesscentes no usaban anticonceptivos.
La investigadora Yuko Homma explica que alrededor de la mitad de los adolescentes chinos, coreanos y japoneses habían llegado recientemente a Canadá y no hablaban inglés en casa.
La investigadora destaca que la información clave podría no llegarle a estos adolescentes en los cursos de educación sexual que se imparten en Inglés.
Yuko Homma piensa que las clínicas para los jóvenes y los programas comunitarios pueden encontrar una manera de superar la situación con el fin de evitar conductas sexuales de riesgo en esta población.
También toma nota que los padres de estos estudiantes probablemente no han recibido educación sexual formal en su país de origen, ya que algunas culturas evitan ese tema.
«Muchos de ellos (los padres) no se sienten cómodos discutiendo sexualidad con sus hijos», dice Yuko Homma. «Creo que sería genial ofrecer un programa de educación sexual y de recursos para estos jóvenes y sus familias. »
El estudio, publicado recientemente en la revista Canadian Journal of Human Sexuality, hizo uso de los datos recogidos durante una encuesta en las escuelas en 2008 por la Sociedad Centro McCreary, en colaboración con el Gobierno de Columbia Británica y los servicios de salud .
Los resultados de los adolescentes en los programas de inglés lengua segunda o que no asisten a los programas de las escuelas públicas no se han tenido en cuenta.
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