El descarrilamiento de un tren en el noroeste de España costó la vida a, por lo menos, 80 personas y dejó más de 130 heridos, algunos de ellos de gravedad. Según las primeras verificaciones, el accidente podría ser el resultado de un exceso de velocidad.
El tren de gran velocidad, construido por el consorcio Talgo Bombardier, se descarriló justo antes de entrar en la estación de un pueblo ubicado a 4 kilómetros de la ciudad de Santiago de Compostela, capital de Galicia.
De acuerdo con la sociedad española de ferrocarriles, Renfe, unas 250 personas se encontraban a bordo del tren que circulaba por un sector que fue inaugurado hace apenas 2 años. El tren cubría la ruta Madrid-Ferrol.
Un responsable de la investigación de lo sucedido habría confiado a la agencia de prensa Reuters que el tren iba demasiado rápido aunque no divulgó los datos que confirmarían esa hipótesis. Las imágenes grabadas por una cámara de vigilancia muestran que el tren llegó a alta velocidad a una curva cerrada y eso ocasionó que el último vagón se desconectara y causará el descarrilamiento. Esas mismas imágenes permiten ver los vagones en el aire.
Según el diario El País, uno de los dos conductores de la locomotora aseguró, en las comunicaciones de radio, que rodaba a una velocidad de 190 kilómetros por hora. El problema es que el sector en el que se produjo el incidente la velocidad máxima es de 80 kilómetros por hora.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.