El Papa Francisco reforzó los controles sobre el Banco del Vaticano, que en los últimos años ha sido el centro de varios escándalos financieros que empañan la imagen de la curia.
El Papa emitió un motu proprio, un decreto por propia iniciativa, en el que se indica que la Autoridad de Información Financiera, que es el instituto de supervisión de las actividades financieras del Vaticano, tendrá mayor poder de control sobre el banco, así como sobre los servicios de la Santa Sede que se dedican a actividades financieras.
Se le critica en particular al Instituto para las Obras de Religión (IOR), el banco del Vaticano, no cumplir con los estándares internacionales de transparencia en la lucha contra el lavado de dinero y la evasión fiscal.
En su decreto, el Papa crea un «comité de seguridad financiera» encargado de coordinar los esfuerzos para prevenir el lavado de dinero, la financiación del terrorismo y la proliferación de armas, dijo el Vaticano en un comunicado.
En 2012, la Santa Sede ha identificado seis intentos de reciclaje de «dinero sucio» en el Vaticano, y ya son siete en lo que va del año.
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