Gran Bretaña podría llevar al ámbito jurídico su disputa con España sobre los controles aduaneros en las fronteras de Gibraltar, dijo el portavoz del primer ministro David Cameron.
Las tensiones entre los dos países en el pequeño territorio británico (unos seis kilómetros cuadrados), situado en el extremo sur de la Península Ibérica, se reanudaron en los primeros meses por protestas de Madrid contra la construcción frente a Gibraltar, de un arrecife artificial para penalizar a los pescadores españoles.
España desde entonces ha reforzado el control de las fronteras, lo que se traduce en horas de espera para los miles de turistas, residentes y trabajadores fronterizos.
Las autoridades españolas también han utilizado la amenaza de un peaje a la entrada de Gibraltar y la prohibición de los derechos de sobrevuelo de los aviones para aterrizar.
El portavoz de David Cameron ha pedido el fin del aumento de los controles fronterizos, que consideró «motivados por consideraciones políticas y totalmente desproporcionados».
En Bruselas, un portavoz de la Comisión Europea confirmó el lunes que una delegación de dirigentes de este organismo iría en septiembre a la «Roca» para verificar que se cumplan las normas de los controles de las fronteras de la UE.
El domingo, una fuente diplomática española dijo a Reuters que España no excluía acudir a las Naciones Unidas.
Además signo de la tensión generada por este problema, un navío de la Royal Navy zarpó hacia Gibraltar el lunes.
Por su parte, el alcalde de Londres, Boris Johnson, ha pedido a Madrid «quitar los pies de nuestra roca.»
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