Los canadienses de origen canadiense están siguiendo de cerca a través de los medio la creciente crisis de Egipto y abogando por una solución pacífica a pesar de las distintas posturas políticas que se confrontan tanto aquí en Canadá, como en Egipto actualmente. Este grupo de ciudadanos expresaron hoy tácitamente estar cansador del derramamiento de sangre que ha provocado la muerte de más de 600 personas desde el miércoles de esta semana.
«A donde se mire, hay cadáveres en el suelo,» dijo Kareem Aly de 24 años a nuestros colegas de la red inglesa de Radio-Canada, a partir de la costa norte de Egipto, a unos 50 kilómetros de Alejandría. «Creo que todos estamos orando por la paz.»
Kareem Aly dijo que está preocupado por lo que va a pasar en los próximos días.
El miércoles, la policía antidisturbios disolvió dos protestas organizadas por los partidarios del derrocado presidente Mohamed Morsi en El Cairo. Durante el enfrentamiento, 638 personas murieron.
Las muertes provocaron más protestas, y el ejército declaró el estado de emergencia y un toque de queda nocturno.
Enfurecidos por esta decisión, partidarios de la Hermanos Musulmanes, acudieron en masa a las calles de El Cairo este viernes para el llamado «día de la ira». Diecisiete personas han sido asesinadas hasta este momento.
Por su parte, numerosos egipcios residentes de Montreal han protagonizado múltiples protestas hasta ahora y un piquete de protesta pacífica está previsto para este domingo, en el que piden un Egipto democrático y una pronta solución a la violencia.
Las preocupaciones de seguridad
Rami Iskandar se mudó de Egipto a Canadá el año pasado con su familia. Él dice no estar sorprendido por la reciente ola de violencia, pero está muy preocupado por su esposa, actualmente en Egipto visitando parientes.
«Lo que puedo recomendar es tener cuidado, porque es peligroso en estos días, especialmente para las familias cristianas».
Cuestionamientos sobre la cobertura de los medios occidentales
Algunos canadienses-egipcios en el país y en el extranjero han expresado su frustración por lo que consideran ser una mala representación de los medios de comunicación occidentales de los últimos acontecimientos en el país africano.
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