Nuestra crónica de hoy nos permitirá conocer de forma general, aunque se trate de un caso particular, los sentimientos que ronda en la cabeza de una persona que se prepara a regresar a casa después de vivir en el exilio.
Regresar a casa, a su país de origen, nunca es fácil para un refugiado. Luego de vivir en el exilio, en ocasiones durante mucho tiempo, estas personas que dejaron sus tierras para proteger su vida y las de sus familias se enfrentan a una nueva nación, para bien y para mal, cuando viajan a su terruño Natal.
Pablo Cruz, un abogado colombiano, viajó a Canadá como refugiado para protegerse. Su trabajo como personero municipal (un defensor del pueblo del ciudadano) lo llevó a presentar un recurso jurídico que cambió su vida y lo obligó a exilarse.
Ahora, luego de muchos años, regresará a Colombia para presentar una demanda contra el Estado, como se lo permite una ley de víctimas aprobada por el congreso en el actual gobierno de Juan Manuel Santos.
EscucheLos exiliados viven un viaje no deseado y aunque logren adaptarse y la vida les sonría, siempre queda el sentimiento de estar donde nunca se quiso.
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