Según varios testimonios entregados a una comisión de investigación de la ONU, en Corea del Norte son corrientes las ejecuciones públicas y las torturas.
Los testigos se acercaron a una comisión de Naciones Unidas que comenzó a realizar audiencias públicas sobre Corea del Norte, en la capital de Corea del Sur.
Es la primera vez que son analizadas, por un panel de expertos, las supuestas violaciones de Derechos Humanos en el territorio norcoreano.
El gobierno de Corea del Norte, por su parte, no ha querido reconocer la comisión de la ONU, se negó a colaborar con los investigadores y negó violar los Derechos Humanos.
Según las versiones de los testigos, exilados norcoreanos que ahora viven en Corea del Sur, en el territorio norcoreano vieron como un guardia le cortó el dedo a un hombre o como una madre fue obligada a matar a su propio hijo.
Shin Dong-hyuk, uno de los participantes en las audiencias, aseguró que fue víctima de los abusos por haber “dejado caer una máquina de coser”.
El testigo aseguró haberse evadido del campo de prisioneros número 14 donde habría nacido, según su versión.
Además, fue categórico al afirmar que la investigación de la ONU era la única manera de mejorar la situación de Derechos Humanos en su país de origen.
“No tenía ni idea. Pensé que me amputarían toda la mano, hasta la muñeca, por eso me sentí afortunado cuando me di cuenta que sólo me habían cortado un dedo”. Shin Dong-hyuk.
Las estimaciones de organismos considerados como independientes indican que en Corea del Norte habría entre 150 000 y 200 000 prisioneros en las cárceles.
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