En Washington el presidente Barack Obama urgió este martes al Congreso a aprobar un ataque estadounidenses contra Siria lo más pronto posible.
Obama sorprendió a amigos y enemigos en Medio Oriente al anunciar que, antes de lanzar una ofensiva contra Siria, pedirá la aprobación del Congreso estadounidense, retrasando con ello un ataque punitivo contra las fuerzas del presidente sirio Bashar al Assad.
Obama se reunió en la Casa Blanca con los líderes del Congreso para instarles a una pronta decisión y para asegurarles que un ataque contra Siria no significaba otra larga guerra como la de Irak o Afganistán.
Al recalcar su confianza en ganar la votación prevista para la próxima semana, Obama dijo que los ataques, que buscan castigar el uso de armas químicas, también degradarán las fuerzas de Assad, y que otras acciones estadounidenses reforzarán a las fuerzas opositoras.
La Casa Blanca ha insistido en que no busca un «cambio de régimen «, lo que podría poner fin a la guerra civil en Siria.
La oposición siria, que este martes informó que un científico forense había desertado para sumarse al bando rebelde trayendo evidencia del uso de gas sarín por las fuerzas de Assad en marzo pasado, pidió a los países occidentales el envío de armas y que utilicen su poder aéreo para poner fin a una guerra que ha matado a más de 100.000 sirios y ha causado millones de desplazados y refugiados.
La presencia en las filas rebeldes de militantes islamistas, algunos de los ellos cercanos a Al Qaeda, ha hecho que los líderes occidentales se muestren cautelosos. Al mismo tiempo, el costo humano de esta brutal guerra civil ha creado una fuerte presión para intervenir.
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