Después de haber comprado 45% de las acciones que la compañía de telefonía celular inglesa Vodafone tenía en su filial Verizon Wireless, el gigante de las telecomunicaciones Verizon declaró ayer que no tenía la intención de extenderse al norte de la frontera estadounidense.
“En este momento, no estamos interesados en entrar en el mercado canadiense de la telefonía inalámbrica”, indicó el portavoz de Verizon, Bob Varettoni, citando un anuncio hecho por Lowell McAdam, presidente de la compañía.
El anuncio de la mega transacción de 130.000 millones de dólares entre Verizon y Vodafone -la segunda en importancia en la historia de la telefonía celular- había sembrado la incertidumbre entre las grandes compañías canadienses de comunicaciones inalámbricas.
Rogers, Telus y Bell habían desplegado una gran campaña publicitaria en la que pedían al gobierno federal que protegiera el mercado canadiense. Los sindicatos de estas compañías expresaron su apoyo durante una gran manifestación el viernes de la semana pasada en la ciudad de Toronto.
El ministro federal de la Industria, James Moore, había indicado no obstante que él no tenía la intención de oponerse a la llegada de Verizon en el mercado canadiense, afirmando que los consumidores canadienses podrían beneficiarse con esta competencia.
A pesar del desistimiento de Verizon, Josh Blair, vicepresidente de Telus, declaró ayer que el gobierno debía cambiar las reglas del juego en vistas de la venta al mejor postor de los espectros de ondas, prevista para el mes de enero próximo. Josh Blair sigue temiendo la llegada de una compañía extranjera que, siendo considerada como recién llegada en el mercado canadiense, podría obtener un gran parte de las ondas disponibles.
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