No hubo consenso acerca de la crisis de Siria al final del G-20 en Rusia, donde los líderes se quedaron tan divididos como cuando llegaron. Muchos de los invitados del presidente ruso Vladimir Putin denunciaron su apoyo al presidente sirio Bashar al Assad , pero hubo pocas posibilidades de que Estados Unidos consiguiera un consenso para atacar los depósitos de armas químicas en ese país. Canadá, de su lado, propuso discutir de economía y de ayuda.

Todo era sonrisas y apretones de manos del presidente ruso, Vladimir Putin al saludar a los líderes mundiales que asistieron a una mesa redonda del G20 en el Palacio de Constantino en San Petersburgo.
Pero debajo del recibimiento cálido y de las sonrisas se escondieron tensiones reales y profundas que rodeaban a Siria – un tema que dominó las conversaciones, pero no en la agenda oficial.
Y Putin – un aliado inquebrantable del presidente de Siria, Bashar al- Assad afirmó hasta último momento que no creía que los militares sirios utilizaron las armas químicas el mes pasado. Su portavoz advirtió a Estados Unidos de no emprender una acción militar contra Siria.
Debido a la gravedad de la situación incluso el secretario general de las Naciones Unidas había decidido participar del G-20 .
Ban Ki -Moon presionó para que se lleve a cabo una conferencia de paz internacional.
«No hay una solución militar, sólo hay una solución política que puede traer la paz y poner fin a este derramamiento de sangre. «
Charles-Philippe David es titular de la Chaire Raoul-Dandurand en estudios estratégicos y diplomáticos de la Universidad de Quebec en Montreal. Dice que pocos dudan de que las armas químicas fueron utilizadas, pero la incertidumbre subsiste sobre la responsabilidad del presidente sirio Bachar al-Assad. Esta es una de las razones por las cuales algunos parlamentos aliados, como el de Inglaterra, se negaron a apoyar la propuesta estadounidense.

“Un ataque ¿puede realmente debilitar el régimen de Bachar y ayudar al pueblo sirio, sin ocasionar consecuencias peores aún para la región? El presidente estadounidense eligió improvisar y está pagando muy caro el precio”. Charles-Philippe David.
El ministro de Relaciones Exteriores de Canadá John Baird participó en la cumbre de Rusia.

«No queremos un nuevo orden mundial establecido donde los dictadores pueden utilizar estas armas de destrucción masiva, armas nucleares de un hombre que actúa con impunidad, no quremos ver este tipo de comportamiento . «
Duras palabras, claro. Y el ministro Baird fue más lejos al decir a la prensa que no esperaba nada de la reunión sobre Siria realizada este viernes. Y asi fue.
Al finalizar la Cumbre del G 20, el presidente ruso Vladimir Putin dijo que él y el presidente de EE.UU. Barack Obama mantuvieron firmes sus opiniones sobre Siria pero agregó que están buscando formas de avanzar.
«No estuvo de acuerdo conmigo, no estuve de acuerdo con él, pero nos escuchamos», dijo Putin sobre la conversación de 20 minutos a la que calificó de «muy constructiva».
El G20 es una cumbre económica . Es por eso que el ministro de Finanzas de Canadá, Jim Flaherty, quien también acompañó al primer ministro Harper, no dudó en hablar de economía, y anunció nuevos objetivos para la reducción de la deuda canadiense.

«Y vamos a estimular a nuestros colegas para avanzar en esa dirección. La sostenibilidad fiscal es fundamental”.
Emma Seery trabaja en la organización de ayuda Oxfam.
Ella se declara a favor de la reducción de la deuda, pero dice que la austeridad tiende a castigar a las naciones en desarrollo.
«Por segundo año consecutivo hemos visto que los niveles de ayuda internacional están bajando. Esto es sin precedentes y es, sin duda, el resultado de una crisis económica en Europa, lo que significa que el dinero no está disponible.
Seery dice que el G20 podría equilibrar las cuentas, manteniendo al mismo tiempo sus promesas con los menos afortunados, al generar más ingresos a través de la lucha contra los paraísos fiscales y las cuentas secretas de los evasores de impuestos individuales y corporativos.
Ayuda canadiense a los civiles sirios
Canadá y varios otros países del G-20 reunidos en Rusia anunciaron ayuda para proteger a los civiles sirios.
El primer ministro Stephen Harper, dijo en un comunicado este viernes que su gobierno aportará US $ 45 millones en ayuda adicional a Siria. El dinero se destinará a organizaciones que proporcionan alimentos, agua potable, asistencia médica, cobijo y protección a los civiles y los sirios que han huido del país.
Canadá ha contribuido con un total de $ 203,5 millones en el país desde enero de 2012.
El anuncio se produjo poco después de que el ministro de Relaciones Exteriores, John Baird, se reunió este viernes con el primer ministro británico, David Cameron, el Secretario General Ban Ki-moon y los ministros y funcionarios de otros cinco países.
Cameron ha asegurado que el gobierno británico daría $ 85 millones más para la formación médica y la asistencia a los civiles que resultaron heridos en un ataque químico.
Pero los participantes estuvieron lejos de un consenso o de una opinión mayoritaria sobre la conveniencia o no de castigar al presidente sirio Assad con un ataque militar.
Hasta ahora, sólo Canadá, Francia, Turquía y los Estados Unidos apoyan abiertamente el uso de la fuerza.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.