Hombres armados a bordo de un auto robado abrieron fuego contra 29 personas en una aldea indígena en las afueras de la ciudad de Guatemala el domingo, matando a 11 personas en un incidente en el que algunos residentes culpan a la policía corrupta.
Las autoridades por su parte, dijeron que el ataque fue causado por bandas delincuentes, pero los residentes de San José Nacahuil mostraron su escepticismo.
Hace seis años, los habitantes desalojaron a la policía nacional y establecieron su propia fuerza de policía local, con agentes de patrullas armados con palos y machetes.
La tasa de criminalidad se redujo en los últimos años, según los funcionarios.
Ocho de las víctimas recibieron disparos en una nueva cantina, donde los hombres de la aldea se reunieron para beber cerveza y licores.
La mayoría de los heridos estaban en la calle entre la cantina y un segundo bar. Otras tres personas murieron en la calle.
¿Crímenes relacionados con la corrupción?
El ministro del Interior, Mauricio López Bonilla, dijo que la policía civil guatemalteca había enviado un coche patrulla al pueblo la noche del sábado, tras recibir llamadas anónimas indicando preocupaciones sobre un posible ataque inminente.
Según él, los agentes habrían encontrado que la situación era normal y habría abandonado la escena. El ataque se produjo una hora más tarde, dijo.
Sin embargo, un pariente del hombre de negocios y dueño del establecimiento, que pidió el anonimato, dijo que los policías llegaron sin advertencia, habrían pedido ver la licencia del nuevo bar y exigieron una coima para su aprobación. El propietario se habría negado.
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