El manifiesto Por un Quebec inclusivo, que denuncia el proyecto de Carta de valores quebequenses presentado el martes por el gobierno del Partido Quebequense, actualmente en el poder, recogió alrededor de 3000 firmas en 24 horas.
El documento fue firmado por intelectuales de todos los horizontes políticos, federalistas y soberanistas.
Los firmantes se inquietan en particular por “las consecuencias nefastas que esta política discriminatoria pueda tener para los ciudadanos más vulnerables, al retirarles sus derechos fundamentales”, se puede leer en un comunicado emitido este jueves.
Ellos estiman también que “la imposición de restricciones vestimentarias es una solución abusiva, ineficaz y discriminatoria para asegurar una verdadera laicidad del Estado”.
Consideran además que el gobierno instrumentaliza el principio de equidad hombre-mujer y que este ya está suficientemente protegido por otras Cartas.
La intención de dejar en su lugar el crucifijo en la Asamblea nacional es también una incoherencia, según ellos, si se quiere seguir el principio de laicidad.
Los autores del manifiesto son el abogado Remi Bourget, el constitucionalista Fréderic Bérard, la profesora de filosofía Ryoa Chung y la periodista Judith Lussier.
Recordemos que el proyecto del gobierno de Quebec prevé la interdicción de llevar signos religiosos ostentosos para los empleados del Estado. El gobierno propone también inscribir la neutralidad religiosa del Estado en la Carta quebequense de derechos y libertades de la persona, así como el carácter laico de las instituciones públicas. El proyecto prevé además encuadrar los acomodamientos razonables, exigiendo el respeto de la igualdad entre hombres y mujeres.
Al mismo tiempo, el gobierno desea proteger ciertos elementos emblemáticos del patrimonio cultural quebequense, como el crucifijo en la Asamblea nacional.
Este manifiesto se agrega a numerosas voces que han denunciado desde el martes el proyecto de Carta de valores quebequenses. Los partidos de oposición en Quebec han manifestado sus inquietudes después de la presentación del proyecto por el ministro responsable de las Instituciones Democráticas, Bernard Drainville. Diputados neo demócratas, conservadores, liberales e incluso del Bloque Quebequense en Ottawa, han criticado el proyecto.
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