Una bomba estalló este viernes en una mezquita sunita durante las oraciones. El atentado, ocurrido al norte de Bagdad, mató a 28 personas en la última erupción de violencia que devora al país, dijeron funcionarios.
La explosión ocurrió en el pueblo de Umm al-Adham, en las afueras de Baquba, un ex bastión militante a unos 60 kilómetros al noreste de la capital iraquí, dijeron autoridades policiales.
Al menos 41 personas resultaron heridas en ese ataque, informó la policía y los organismos de salud que proporcionaron detalles sobre las víctimas.
Irak enfrenta una oleada de atentados, lo que aumenta los temores de que el país esté regresando al clima de violencia generalizada que llevó al país al borde de una guerra civil tras la invasión de 2003, encabezada por Estados Unidos bajo el falso argumento de la existencia de armas de destrucción masiva.
El aumento de la violencia en Irak se produce en un contexto de crecientes tensiones entre musulmanes sunitas y chiitas.
Las tensiones también están siendo alimentadas en parte por las divisiones sectarias reflejadas en la guerra civil que desgarra desde hace dos años y medio al país vecino, Siria.
Los miembros de la minoría árabe sunita en Irak han estado protestando contra el gobierno liderado por los chiitas desde diciembre, ofendidos por lo que consideran un tratamiento de segunda clase para los miembros de esta secta y una aplicación injusta de las medidas contra el terrorismo.
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