Aunque la provincia permitió, después de la muerte de Sammy Yatim en Toronto, a todos los policías de Ontario de tener una pistola de descarga eléctrica (Taser), la Comisión de Servicios de la Policía de Toronto rechazó por el momento un pedido en ese sentido del jefe de la policía Bill Blair.
El jefe Bill Blair pidió ayer, que la ciudad reserve fondos para la compra de Taser en el presupuesto de 2014.
La Comisión de Servicios de la Policía de Toronto encargó más bien, a un sub comité de estudiar más fondo el tema y agregó que los gastos del cuerpo policial estaban congelados.
El presidente de dicha comisión afirma que la compra de las pistolas eléctricas para todos los policías costaría entre 8 y 10 millones de dólares, sin hablar del costo vinculado a la formación de los agentes.
El 24 de septiembre se realizarán consultas públicas sobre ese tema en previsión del informe del jefe Blair en el mes de noviembre.
Por su parte el diario The Globe and Mail de Toronto indicó que el supervisor de la policía de Toronto que había utilizado su pistola de descarga eléctrica sobre Sammy Yatim el mes de julio pasado, incluso después que muchacho hubiera recibido varios balazos, no fue suspendido, a pesar de que se le está haciendo una investigación interna.

La muerte de Sammy Yatim, muerto a bala por la policía mientras se encontraba solo en un tranvía y los amenazaba con un cuchillo, indignó a la población. El agente James Forcillo está acusado de asesinato no premeditado.
En la actualidad, sólo los supervisores y los escuadrones tácticos están armados con pistolas Taser en Ontario. La provincia permitió el mes pasado a todos sus cuerpos policiales de armar a sus agentes con estas pistolas, en la medida en que los mismos cuerpos policiales asuman el gasto.
Según el plan de la provincia, los policías deberías seguir una formación intensa de 12 horas en vez de ocho, antes de recibir su pistola eléctrica.
¿Falsa solución?
Por su parte, el abogado Peter Rosenthal, que representa a las familias de residentes muertos a mano de la policía en el pasado, sostiene que una mayor utilización de la pistola de descarga eléctrica no conducirá forzosamente a una reducción de los tiroteos que impliquen a la policía.
En el caso de sospechosos agitados, una descarga eléctrica podría ser uno de los factores que provoquen una crisis cardíaca, como concluyó recientemente una investigación sobre la muerte de Aron Firman de Ontario.
Por su parte, la compañía Taser Internacional declaró que Aron Firman había quizá sufrido de un delirio, un estado que se puede observar en las personas que sufren de enfermedades mentales o que consumen cocaína.
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