Decenas de miles de turistas agotados, hambrientos y cada vez más desalentados tratan por todos los medios salir de la ciudad de Acapulco, México, para regresar a sus casas.
La ciudad se vio fuertemente afectada por el paso de la tormenta tropical Manuel. Su aeropuerto está inundado y muchas carreteras estaban bloqueadas por deslizamientos de tierra. Las dos rutas que conducen a México están cerradas. La carretera principal entre las dos ciudades se ha visto afectada por 13 deslizamientos de tierras.
Dos de las aerolíneas más grandes de México sólo puede ofrecer dos vuelos por hora desde Acapulco. Se da prioridad a los que tienen billetes de avión, a los ancianos y a las familias que viajan con niños pequeños.
El gobierno se ha comprometido a abrir las rutas en dos días. Los que no pueden esperar se precipitaron a la base militar 7, a unos 20 minutos al norte de Acapulco, para tratar de conseguir un asiento a bordo de las docenas de aparatos que hacen lazo entre la ciudad costera y México.

Algunas familias han esperado durante ocho horas, vigilados por soldados armados, antes de subir a bordo de un Boeing 727 de la Fuerza Aérea Mexicana, que loa ha traído a México. Funcionarios militares dijeron que sólo dos aviones de pasajeros se encuentran disponibles, además de cinco helicópteros y siete aviones de carga.
Decenas de miles de turistas viajaron a Acapulco para el largo fin de semana del Día de la Independencia. Al final del día martes, sólo 700 de ellos fueron evacuados a México. Miles de otras personas esperaban en el aeropuerto o en las puertas de la base militar.
Al menos 23.000 viviendas, principalmente en las afueras de Acapulco, seguían sin electricidad.
Fue la primera vez en más de 50 años que México se vio afectado casi simultáneamente por dos tormentas. Además el Manuel que azotó la costa del Pacífico, el huracán Ingrid se abatió en la costa del Golfo de México. El saldo es de al menos 47 muertos.
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