Cuando surgieron las denuncias de que el partido del actual primer ministro canadiense, el conservador Stephen Harper, estaba detrás del escándalo de las llamadas robot, o robotcall, una campaña de desinformación telefónica para impedir el voto de algunos electores en la última elección federal, un diputado conservador, Dean Del Mastro, se destacó en los debates parlamentarios en Ottawa defendiendo la integridad del gobierno conservador.
Ahora es el propio Dean Del Mastro quien se encuentra acusado de haber violado las leyes canadienses sobre las elecciones federales. El Departamento Federal Electoral de Canadá presentó cuatro cargos de acusación contra Del Mastro, incluyendo cargos de haber gastado fondos en su campaña electoral por encima del límite permitido en los comicios de 2008, y de haber presentado a las autoridades documentos falsos.
El diputado de la circunscripción de Peterborough, Ontario, quien antes de dedicarse a la política se dedicaba a la venta de autos, se ganó la fama de cancerbero o perro de ataque del primer ministro Stephen Harper en las sesiones del Parlamento canadiense.
Desde la semana pasada, Dean Del Mastro, el peso pesado de los conservadores, ha sido excluido de la bancada conservadora.
Las investigaciones del Departamento Federal Electoral sobre los gastos de del Mastro en la campaña electoral de 2008 se llevó a cabo durante largos meses, empujando inclusive al diputado conservador al borde de las lágrimas de indignación mientras insistía una vez más en que no había hecho nada malo.
Se dice que supuestamente me he donado demasiado dinero a mí mismo.Y que he usado ese dinero para sobrepasar los límites de gasto en mi campaña electoral. Estas son alegaciones que no son correctas y que rechazo completamente.
Dean Del Mastro, diputado conservador
El Departamento Federal Electoral ve las cosas de modo diferente. Tras dos años de investigación, el ente presentó el pasado jueves cuatro acusaciones contra Del Mastro y otras tres contra Richard McCarthy, quien fue su agente oficial durante la elección federal de 2008.
Según la entidad federal, Del Mastro y McCarthy gastaron de manera intencional por encima del monto fijado por candidato durante la campaña de 2008.
La chispa del escándalo fue un cheque personal de 21.000 dólares firmado por el propio Dean Del Mastro, que no fue declarado. Por otro lado, según Elecciones Canadá ese cheque sobrepasa con mucho el límite personal de contribuciones electorales que los candidatos pueden hacer a su propia campaña, que llega a los 5.000 dólares.
Más aún, el órgano canadiense de supervisión electoral señaló que Del Mastro y su agente oficial presentaron informes sobre gastos en su campaña sin mencionar para nada el pago de 21.000 dólares. Por esta razón ambos fueron acusados de haber presentado a sabiendas declaraciones financieras falsas y engañosas.
“Esto es increíblemente serio y es un mal día para el Partido Conservador de Canadá”, decía el líder parlamentario de la oposición neodemócrata Nathan Cullen, quien criticó severamente la falta de ética en las filas del partido del primer ministro Stephen Harper, señalando que este caso era un ejemplo más de un gobierno canadiense que perdió el norte ético.
Desde el caso de Panashue al caso de las llamadas robot, o el caso de Nigel Wright, y otros nombres más, lo que tenemos es un gobierno corrupto y cansado. Y no creo que los canadienses quieran ser gobernados por una administración corrupta.
Nathan Cullen, diputado neodemócrata.
Con el peso de estas acusaciones, el diputado conservador Del Mastro pasó a engrosar las filas de diputados conservadores que rompieron las leyes electorales del país.
Uno de ellos es Peter Panashue, un ex ministro de gobierno que tuvo que renunciar a su cargo, perder su escaño parlamentario y finalmente presentarse nuevamente como candidato en una elección en la que fue derrotado. Esto después de que fueron detectadas irregularidades en el financiamiento de su campaña electoral de 2011.
El caso contra Del Mastro es más serio, primero porque fue una de las voces más estridentes en la defensa de gobierno de Stephen Harper, al que llegó a calificar como “el primer ministro más ético en la historia de Canadá”, y porque, en caso de demostrarse ante una corte los cargos en su contra, Del Mastro se hace pasible a sufrir una sanción de cinco años de cárcel y una multa de 5.000 dólares.
Tras enterarse de las acusaciones en su contra, Del Mastro reaccionó por escrito en un mensaje en el que ratificó su rechazo ante tales acusaciones y que se defenderá en las Cortes. Esto será el próximo nueve de noviembre en Peterborough, Ontario.
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