El presidente venezolano Nicolás Maduro anunció este lunes la expulsión de la jefa de la diplomacia de Estados Unidos en Venezuela y de otros dos funcionarios de la embajada “por haber conspirado con la extrema derecha con el propósito de sabotear la economía y el sistema eléctrico.”
Caracas acusó a la Embajada estadounidense de llevar a cabo “una gran operación psicológica” contra Venezuela. Por su lado, la misión estadounidense rechazó esas acusaciones.
Maduro hizo el anuncio por televisión, señalando que la encargada de asuntos Kelly Keiderling y otros dos diplomáticos tenían 48 horas para salir del país.
El mandatario venezolano informó que un grupo de funcionarios de la embajada estadounidense “se dedicaba a reunirse con miembros de la extrema derecha venezolana, a financiar y fomentar sus acciones para sabotear el sistema eléctrico y la economía de Venezuela”.
El ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Elías Jaua, informó por su lado que una nota de protesta fue enviada al secretario de Estado estadounidense John Kerry con las pruebas que los diplomáticos estadounidenses estaban involucrados en una “gran operación psicológica” para desestabilizar Venezuela.
Jaua dijo que los estadounidenses expulsados habían participado en reuniones con la oposición y líderes sindicales en el suroriental estado de Bolívar y con el gobernador de la oposición del Estado de Amazonas, Liborio Guarulla.
En Bolívar se encuentran las plantas de fundición estatales y también la principal planta hidroeléctrica de Venezuela. Este Estado, en la frontera Amazonas es apenas uno de los tres Estados gobernados por la oposición.
Expulsados junto con Keiderling , la máxima funcionaria en la embajada estadounidense en ausencia de un embajador, están los oficiales consulares David Moo y Elizabeth Hoffman, quien trabajaba en la sección política de la embajada.
La televisión venezolana mostró fotografías y videos de los tres diplomáticos estadounidenses en Bolívar y Amazonas, incluyendo visitas a la oficinas de Súmate, entidad que ayudó a organizar un referéndum revocatorio en 2004 contra el fallecido presidente Hugo Chávez.
Jaua acusó a los estadounidenses de trabajar con Súmate con el propósito de no reconocer los resultados de las elecciones nacionales del pasado 8 de diciembre, en la que fueron elegidos alcaldes y concejales municipales.
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