En Canadá, la Asociación de productores petroleros tiene planes ambiciosos para el futuro. Para el año 2030 este sector quiere aumentar la producción petrolera de 3,2 millones de barriles por día a 6, 7. Más del doble. Sin embargo hay resistencia y rechazo en el este y oeste del país.
A fines de mayo de 2013, el proyecto de construcción del oleoducto Northern Gateway, de la petrolera transnacional Enbridge, que debía atravesar la provincia de Columbia Británica llevando el petróleo de Alberta a los puertos en el Pacífico fue rechazado por las autoridades de esa provincia al oeste del país. La razón: ese proyecto no respondía a las inquietudes medioambientales de esa provincia.
Ese proyecto Northern Gateway consistía en la construcción de un oleoducto para sacar el petróleo de las arenas bituminosas, ubicadas en el centro del país, en la provincia de Alberta, hacia un puerto en Columbia Británica para su exportación a los mercados asiáticos.
Tras ese rechazo que le priva por el momento a Enbridge de un acceso a los puertos sobre la costa oeste el país, ahora esa transnacional busca exportar su petróleo por los puertos al este del país, pasando por la provincia de Quebec.
Con este propósito, el otoño de 2012, la compañía con sede en Alberta, Enbridge, que explota el sistema de transporte de petróleo bruto más extenso del mundo, presentó una demanda a la Oficina nacional de Energía, el ente regulador federal canadiense en materia de construcción de oleoductos, solicitando invertir el flujo de un oleoducto que conectaba Hamilton con Montreal, la línea 9B, y de aumentar en un 25 % el volumen de barriles de petróleo transportados diariamente, de 240.000 a 300.000, según los datos de los organismos medioambientales.
La reacción de los grupos de defensa del medioambiente, como la Asociación quebequense de lucha contra la contaminación atmosférica, AQLPA y Greenpeace Canadá es de rechazo a ese proyecto.
Lo que las petroleras del oeste quieren en realidad es lograr un acceso al mar para poder exportar su petróleo y lograr los mismos precios que el petróleo Brent, más altos. Lo que buscan las petroleras, que no son empresas filantrópicas, es hacer más dinero.
André Belisle, presidente de la Asociación quebequense de lucha contra la contaminación atmosférica.
Los defensores del medioambiente señalan que el petróleo extraído de las arenas bituminosas y que eventualmente sería usado en la provincia de Quebec es aún más contaminante.
Si cambiamos el petróleo que se utiliza actualmente en la provincia de Quebec por el petróleo de las arenas bituminosas de Alberta, el planeta va a sufrir un aumento entre un 14 a un 20 % de gases contaminantes.
Patrick Bonin, responsable de la campaña Clima y Energía de Greenpeace.
Los defensores del medioambiente en Quebec destacaron que los argumentos de la industria petrolera para hacer avanzar su proyecto no son ciertos: ni hay una escasez de petróleo en el este de Canadá ni está de por medio la seguridad del país.
En un documento conjunto la Asociación quebequense de lucha contra la contaminación atmosférica, y Greenpeace Canadá destacan que la tragedia del descarrilamiento y la explosión de un cargamento ferroviario de petróleo en la localidad de Lac Megantic ha puesto sobre la mesa los riesgos del transporte de petróleo.
La conclusión de este documento es que el proyecto de Enbridge P9 debe ser rechazado ya que ese petróleo de las bituminosas aumentará el nivel de contaminación en la provincia de Quebec. Sin embargo, hasta la fecha las autoridades de esta provincia no han llevado a cabo su propia evaluación medioambiental, ni han participado en el proceso de consulta llevado a cabo por el gobierno federal.
El presidente de Enbridge, Al Monaco, estima que una vez acabado el proceso de consulta, de aquí a tres semanas, el gobierno federal dará su autorización a principios de 2014. Y meses más tarde empezará a fluir el petróleo de Alberta hacia las refinerías de Quebec y la exportación.
Para el presidente de la Asociación quebequense de lucha contra la contaminación atmosférica, no será el poder político o las autoridades de gobierno los que lleven adelante la batalla contra el oleoducto de Enbridge. Será más bien la población movilizada.
Según el Instituto Polaris, la transnacional Enbridge sería responsable de 804 derrames de petróleo en América del Norte entre 1999 y 2010, incluyendo el ocurrido en el río Kalamazoo. Ese derrame, ocurrido en 2010, dejó escapar casi cuatro millones de litros de petróleo crudo en ese río. Tres años más tarde, la descontaminación del área afectada todavía no ha finalizado.
Por razones que escapan a nuestro control, y por un período de tiempo indefinido, el espacio de comentarios está cerrado. Sin embargo, nuestras redes sociales siguen abiertas a sus contribuciones.