Una familia canadiense que sobrevivió al ataque en el centro comercial Westgate hace dos semanas, cuestiona el trabajo de las fuerzas de seguridad de Kenia.

Originarias de North Bay, Ontario, la trabajadora humanitaria Johanna Klemm y su hija de 16 años, Vanessa, estaban allí cuando ocurrió el ataque.
«Escuché una explosión», dice Vanessa, que estaba cenando con su madre cuando el comando islamista irrumpió en el centro comercial.
«Me eché de inmediato al suelo, dijo. Oí disparos, vitrinas que estallaban. Un proyectil se incrustó justo en el asiento de al lado. La gente estaba gritando y corriendo. Mi madre entró inmediatamente en contacto con las fuerzas de seguridad locales y de las Naciones Unidas. »
«Hubo que esperar 30 minutos antes que se presentaran los primeros auxilios «, dice su padre, Kris.
«Los oficiales locales llegaron a pie,» dijo él, como si no había prisa.
Kris Klemm cree que este ejemplo expone importantes fallas, en particular sobre la capacidad de las autoridades locales para llevar a cabo una investigación seria de los hechos, que hicieron cerca de sesenta víctimas.
Dos semanas después del ataque, aún quedan muchas preguntas sin respuesta. ¿Cuántos eran los agresores? ¿Cuántos fueron detenidos? Algunos ¿se escaparon? El derrumbe del techo de un centro comercial ¿ha sido causado por los atacantes o la policía?
Los periódicos de Nairobi informaron que un diputado local exige una investigación pública. Según él, los signos de un inminente ataque fueron ignorados por las fuerzas de seguridad.
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