Una nueva encuesta realizada entre científicos que trabajan en el servicio público federal encontró que casi uno de cada cuatro científicos recibió la orden de excluir o modificar la información por razones no científicas.
La encuesta de opinión, titulada «The Big Chill » o El gran silencio, fue encargado por el Instituto Profesional del Servicio Público de Canadá, y presenta un cuadro en el que los científicos del gobierno sienten que están siendo amordazados.
El 90 por ciento de los encuestados informaron que tienen el sentimiento de que no se les permite hablar libremente a los medios de comunicación sobre los resultados de su trabajo científico, mientras que un 86 considera que sufrirá represalias si presenta al público información sobre daños a la salud pública, a la seguridad o al medioambiente.
Cerca del 71 por ciento de los encuestados dijo que la interferencia política ejercida por el gobierno conservador canadiense pone en peligro el desarrollo de políticas basadas en la evidencia científica, y casi la mitad de los científicos consultados estaban al tanto de situaciones en las que su departamento o agencia de gobierno suprimió información.
La Comisionada canadiense de información, Suzanne Legault, se encuentra estudiando cómo los cambios en las políticas de comunicación impuestos por el gobierno conservador han afectado el intercambio entre científicos que trabajan en el gobierno y la ciudadanía canadiense.
Más de 4.000 científicos federales, de un total de 15.000 que fueron invitados a participar, respondieron a la encuesta llevada a cabo por la firma Environics.
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