Con esas palabras describe Sebastián Elgueta, investigador de Amnistía Internacional, la posibilidad de una amnistía a favor del ex-dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt.
El organismo internacional de defensa de los derechos humanos reaccionó de esta manera ante informaciones sobre una resolución emitida por la Corte de Constitucionalidad de Guatemala que abre las puertas para que el ex dictador Ríos Montt sea amnistiado de los delitos de genocidio y crímenes de guerra por los que es procesado en su país.
El diario Prensa Libre de Guatemala publicó ayer en su página web que la resolución de la Corte de Constitucionalidad no declara que se otorgue la amnistía a Ríos Montt, pero señala que es procedente la extinción de la persecución penal de forma “retroactiva” con base en una amnistía general decretada en 1986.
Según el diario guatemalteco, la Corte de Constitucionalidad ordenó a la jueza Carol Patricia Flores, titular del Juzgado A de Mayor Riesgo, que emita en un lapso de cinco días una resolución en la que fundamente si acepta o rechaza la extinción de la persecución penal, planteada mediante un amparo por la defensa del ex general que gobernó de facto Guatemala entre 1982-1983.
La solicitud de Ríos Montt, de 87 años, está basada en una amnistía decretada en 1986 durante el régimen de facto del general Óscar Mejía Víctores, que establece que ningún militar podrá ser procesado judicialmente por los hechos ocurridos durante la guerra interna que vivió Guatemala entre 1960 y 1996.
De acuerdo con el fallo del máximo tribunal de esta nación centroamericana, en la nueva resolución se debe explicar los motivos para otorgar o denegar amnistía a Ríos Montt, tomando en cuenta que el acusado puede acogerse a la Ley de Amnistía recogida en el Decreto 8-86.
Sebastián Elgueta, investigador de Amnistía Internacional, señaló que una amnistía a favor de Ríos Montt significaría impunidad ante el genocidio. “Una decisión de esta naturaleza también podría beneficiar a otros acusados o declarados culpables de las desapariciones forzadas, violencia sexual sistemática, torturas y asesinatos. Sería un desastre monumental para las víctimas y sus familiares y es algo que nunca debe suceder.”
En mayo de 2013 el ex dictador Ríos Montt fue procesado, hallado culpable y condenado a 80 años por su papel en la matanza de cerca de 2.000 indígenas ixiles entre 1982 y 1983. La condena fue anulada diez días más tarde por el Tribunal Constitucional por un tecnicismo.
Entre 1960 y 1996 Guatemala fue escenario de un sangriento conflicto armado interno que enfrentó al ejército contra los grupos guerrilleros. Más de 200.000 guatemaltecos, en su gran mayoría indígenas fueron asesinados o desaparecieron en 36 años de violencia y terrorismo de Estado. Otras 45.000 personas fueron desaparecidas, de acuerdo con un informe de la ONU.
Hasta la fecha, un nuevo juicio contra Ríos Montt sigue previsto para abril de 2014.
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